viernes, 21 de mayo de 2010

Lo desconocido según el sacerdote


"Científicos en Estados Unidos crearon lo que aseguran que es la primera célula controlada por un genoma sintético. La Iglesia Católica está preocupada por la situación".

"Ésta es la primera célula sintética que ha sido creada", afirmó el profesor Craig Venter, quien dirigió la investigación. Agregó que se llama sintética “porque la célula se deriva totalmente de un cromosoma artificial, creado con cuatro botellas de compuestos químicos, un sintetizador químico y con información inicial de una computadora". “Esto puede ser una herramienta poderosa para tratar de diseñar lo que queremos en biología. Tenemos una amplia variedad de aplicaciones en mente", señaló el científico." (180.com.uy)

Carrera desenfrenada de la ciencia por deshacer lo hecho, esa parece ser la meta en la actualidad. Todo lo que no se pensó antes -Calentamiento Global, por ejemplo- llegó, y el objetivo es volver el tiempo atrás. Reparar, o intentarlo al menos, el daño realizado. La tecnología, en tanto que arma de doble filo, parece ser la herramienta elegida para hacer y deshacer.

Sin embargo, este no es el tema de hoy. Ante la noticia citada anteriormente, vale la pena ponerse a pensar en la postura adoptada por la Iglesia.

"...católicos italianos expresaron su perplejidad y su preocupación tras la creación de la primera célula viva dotada de un genoma sintético, y se pusieron en guardia contra "un salto a lo desconocido" potencialmente "devastador"."

En las palabras resaltadas en negrita parece estar la clave de todo accionar de la Iglesia desde la Antiguedad -donde la moral era Dios, es decir el sacerdote- hasta nuestros días donde, deteriorada por la corrupción y los escándalos, se encuentra oprimida por una era tecnócrata y liberada de los velos y ataduras del pasado.


¿Cual ha sido, entonces, una de las claves en el mecanismo eclesiástico? Para dominar a la manada, la clave es manipular su parte animal. Sin embargo, el hombre es algo más que un animal, el ser humano (algunos) es racional. Entonces, el opresor debe dominar la razón. Esto es lo que hace la Iglesia desde su mera existencia: pone, como diría Nietzsche, "el centro de gravedad de la vida, no en la vida misma, sino en el más allá". Mediante castigos ulteriores, el hombre, oprimido y temeroso de lo que eventualmente podría suceder, se ve obligado a la más degradada humildad ante "Dios". El hombre no es nada, y debe agradecer cada segundo de respiración a Dios -según ellos. ¿Donde está aquel Dios que todo perdona?

Con toda el agua que ha corrido, todavía en este 2010, existen aquellos fantasmas que funcionaban en la Epoca Antigua. Para la Iglesia cada paso que el hombre intente, cada intento por ser un individuo debe ser obturado inmediatamente. La censura al heterodóxo parece ser la nueva arma tardía del sacerdote. Es por esto que lo que puede ser un paso en la evolución, progreso científico, para algunos, para la Iglesia es "un salto a lo desconocido". Y habría que preguntarse ¿qué es lo desconocido para la Iglesia? Todo lo que se salga del estrecho sendero que el hombre, animal de corral, debe seguir sin mirar a los lados.

"El hombre viene de Dios pero no es Dios: es humano y tiene la posibilidad de dar la vida procreando y no construyéndola artificialmente".

Sin embargo ¿qué es natural hoy en día? ¿Que es no artificial hoy? Es una pregunta con una respuesta clara: nada, o casi nada. Desde el momento en que la vida se conserva por respiradores artificiales, aspirinas y demás, no se puede hablar de naturalidad, porque todo es artificialidad. Nada de lo que conocemos existiría si no fuese artificial. ¿Acaso son naturales los recientes casos de pedofilia entre sacerdotes?

Discursos, los de la Iglesia, que se demuestran, otra vez, a contrapelo de lo evolutivo, atrasados en el tiempo, atascados en lo pasado y sin miras de progresar.

"La pesadilla contra la que hay que luchar es la manipulación de la vida, la eugenesia".

Si la religión no es manipulación... ¿qué es? ¿cómo se mantiene, empero, contra el paso del tiempo? Por el arte de la opresión, el terror, la caza de brujas -e individualidad- y la manipulación más brutal.

¿No tiene suficientes asuntos graves la Iglesia para alarmarse por pruebas científicas?

sábado, 1 de mayo de 2010

Hablemos de números

Como es habitual últimamente bajo esta proliferación de encuestas, números y gráficos -muchos de ellos sin aparente sentido-, se realizó el Perfil del Internauta Uruguayo, elaborado por Radar.

Repasemos algunos fragmentos de la noticia (180.com):

"Un 85% de los niños accede a internet y un 47% de los hogares pobres tiene computadora"

"Mientras en 2001 sólo el 6% de los internautas provenían de hogares de nivel socioeconómico bajo, hoy representan el 25%. Además, el 45% de los usuarios vive en el interior y el 52% corresponde a mujeres. Esto lleva a que los autores del estudio digan que “internet se sigue democratizando”.

"En cuanto al impacto del Plan Ceibal, el estudio muestra que un 29% de los hogares de nivel socioeconómico bajo tiene una XO y en un 41% de los hogares es la única computadora. Además, la intención de compra de una computadora es un 50% mayor en los hogares con XO y en un 24% de esas familias".

¿Cuál es el objeto de estos números? Expuestos con evidente orgullo, estos números no hacen más que agudizar el quiebre social verdadero, están ahí para generar la falsa ilusión de una sociedad donde "todos somos iguales". Sin embargo sería interesante preguntarse: ¿qué es, realmente, lo que nos hace iguales? Según la encuesta, la igualdad no pasa por una apropiación cultural o intelectual, ni siquiera por la educación o por valor alguno, sino por el simple hecho de tener una computadora con acceso a Internet. De este modo, la igualdad se logra democratizando la comunicación, o ni siquiera eso: estimulando la proliferación de medios de comunicación, que no es lo mismo. Una cosa es tener algo para comunicar o aprender y buscar el medio de llevarlo a cabo, y otra muy diferente (que es lo que acá ocurre) tener un medio a disposición para después preocuparse de usarlo para comunicar algo o recibir algo, ¿qué? no importa, solo importa tener la mera posibilidad de hacerlo.

Para muchos es la simple posibilidad de decir algo o averiguar algo, aunque no exista necesidad, es el nuevo logro social de la década. Mientras “internet se sigue democratizando” el sentido real de la palabra democracia se cae a pedazos. Libres de culpa, nos creemos generosos o demócratas porque "47% de los hogares pobres tiene computadora" , olvidando que gran porcentaje de esa gente que tiene computadora con internet no tiene educación ni cultura en las venas, que todavía prefieren trabajar para ganar plata en lugar de ir a la escuela.

El Plan Ceibal y sus números y encuestas mágicos, lejos de romper los muros y velos que todos tenemos, lejos de acortar distancias en la brecha social y cultural, siguen generando la consciencia hipócrita de una sociedad unida por la tecnología. Nada más lejos de la realidad. Una sociedad no se une ni es igualitaria por aspirar todos a tener una computadora. Lo que eso genera es el deseo cada vez más irracional por poseer ese objeto preciado que nos "incluye" en la sociedad.

Nos quejamos de que la mitad de nuestra sociedad asesina por un par de zapatos nike o por un LCD, pero yo, honestamente, lo encuentro totalmente lógico y coherente con el conjunto. Debemos entenderlo: se promueve que lo verdaderamente importante es tener, y en esta carrera es evidente que nadie quiere terminar último. Pero lo terrible no es el imperativo de la comunicación y de la posesión de objetos que me permitan acceder a esa red, sino que se disfrace esa verdad.

¿De qué sirve una partitura si no se sabe tocar?