jueves, 30 de diciembre de 2010

Entre cine y novela

Por estos días, aunque desde hace meses -y de forma aleatoria-, TV Ciudad viene emitiendo sus programas sobre el Festival Ñ 2010. Si, pasaron meses desde el Festival Ñ en Montevideo, y estos programas no son nuevos, pero por alguna razón los están emitiendo con asiduidad últimamente. Cada programa se estructura en tres entrevistas realizadas durante el festival: una por Gonzalo Sobral a un escritor (obviamente extranjero, español, debido al festival), otra por Gabriel Peveroni, también a otro escritor o realizador, y una última con las preguntas ya editadas.

Esta prestigiosa casa recomienda estos programas, tanto para quienes hayan asistido al evento, como para quienes no. (Es una forma delicada que tienen los restaurantes con modales para decir que todo lo demás está en podrido o en vías de)

En uno de esos programas (que no se cuantos son, yo vi dos), Sobral entrevista a Vicente Molina Foix (1946, España), escritor, traductor -especialmente de la obra de Shakespeare-, que ha incursionado también en el cine primero como guionista y luego como director. En esta entrevista breve pero realmente interesante, Foix habla no solo de su tarea como traductor, de cómo es editar por Anagrama y de la génesis de la novela, sino que también habla de la relación entre literatura y cine, entre la novela y la película.

Personalmente creo que juntar en la misma conversación al cine y a la literatura precisa de mucho cuidado: hablamos de dos soportes diferentes, con otros códigos, formas y lenguajes. Hay que tener cuidado porque este tema se presta a la muy común y deleznable frase "la película me gustó, pero prefiero el libro", o "leí la novela, la película debe ser una mierda", o también "la película corta partes de la novela, es una porquería". Es como decir: el jugo de naranja es mejor que el licuado de pera y bananas. ¿?. Todos esos juicios parten de un error básico. El cine usa un lenguaje audiovisual basado en cortes de edición, movimientos de cámara, iluminación, todo un arsenal que buscará representar algo para la vista y los oídos de un espectador. Además, la atención del público promedio no puede estar más de cuatro horas frente a una cinta, supongo, por más atractiva que esta sea. La novela, en tanto, es solo letras, párrafos, el lector tiene que armar todo lo demás, sin importar si el autor es muy descriptivo o no. Hay, de plano, una relación dialéctica con el público (lector, espectador) diferente.

No hay mejor o peor. Es evidente -y necesario- que una novela de mil páginas llevada al cine sea reformulada y transformada en guión para durar dos horas; por eso hablamos de adaptación, supongo, y de guión. Si no sería como escanear la novela y poner un par de tipos a representar los diálogos, un par de árboles detrás y todo listo. Pero para algunos adaptación de una novela al cine parece que implica copiar y recrear cada una de las jodidas líneas, de las siete mil ochocientas líneas que tiene esa novela, y a la vez lograr una película de hora y media. Es curioso que exista gente que piense eso, muy curioso.

Es un tema demasiado largo. Ni Molina Foix ni Sobral dijeron ninguna idiotez de estas, claro está, pero se dio por un instante el tema de cómo es adaptar una novela al cine. Y es una pregunta justa para un entrevistado justo, que puede hablar con propiedad de ese proceso. Acertadamente Foix dice "llevar una novela al cine siempre es traicionar". Es muy claro: lo que en la novela es un espacio vacío que se llena con subjetividad del lector, en la película es representado por el director. Un ejemplo de esto -en nuestro país-, es citado en otro de estos programas, en la entrevista callejera que Peveroni le hace a Álvaro Brechner, director de Mal día para pescar, la mejor película (¿la única?) de género de los últimos tiempos en Uruguay. Peveroni le pregunta a Brechner "¿no te dio miedo meterte con Santamaría?". Creo que se le escapó a Peveroni, no soy quien para juzgarlo (lo juzgo, sí, por Tobogán Blanco, una muy linda novela suya), pero creo que es una pregunta innecesaria y muy Uruguaya. Adaptar un cuento de Onetti (Jacob y el Otro) desde una posición no-onettiana (confesada en esta entrevista por el mismo Brechner) es, a mi modo de ver, una oportunidad genial y así quedó demostrado, con una película (adaptación) espléndida en un medio cinematográfico -el uruguayo-, sobrecargado de ritmo europeo e historias mínimas (no es un ataque contra la evidente y marcada influencia estilística de Control Zeta sobre el cine nacional, al contrario, es una apuesta a hacer también otro tipo de cine que no sea siempre Stoll-Rebella). Pero para muchos -creo que Peveroni no piensa esto aunque tal vez me equivoque- no se trata de hacer una arriesgada película sobre un cuento genial, es "meterse con Santamaría, con Onetti".

Después sí, como se habla (sin especificar) en la entrevista de Sobral y Foix, hay veces en las que sale mejor parada la novela -juzgada como literatura- frente al filme, o en caso contrario; la película -juzgada bajo canones del cine- en oposición al libro. No mejor una que otra, sino mejor en relación a su formato mismo. Para explicarlo mejor: un ejemplo célebre es El Padrino, de Mario Puzo. No se trata de altísima literatura, si de una novela respetable. El-Padrino-Película goza, en el mundo del cine, de un elevadísimo prestigio como realización e historia de gángsters. El-Padrino-Novela, en cambio, no genera semejante respeto en el mundo literario.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Otra Teletón

No quiero sonar insistente, pero mientras el fenómeno de la Teleton no cese de metamorfosearse mostruosamente, voy a seguir posteando al respecto cada año.

Quiero invitar a aquellos que no lo hayan hecho a conocer lo que pienso sobre esta campaña. Tal vez haya cambiado mi parecer en un año, pero estoy apurado como para leer todo el informe del año pasado. Link al pasado

En esta ocasón voy a agregar el primer gran cambio decadente de la Teletón:

"SI a colaborar"

"SI a sentirse bien"

Lo que antes era una suposición, algo velado, hoy es puramente expuesto: ya no hay porqué ocultar que el único y último motivo para colaborar es "sentirse bien". Decía antes que lo triste de campañas como esta, y tomo como ejemplo a la Teletón pero podemos hablar de otras tantas, lo triste de campañas como estas es el caracter masturbatorio del acto de colaborar: se ayuda a otro no por el otro, no para solucionar el "problema" ni para contribuír a algo exterior, se colabora solamente para sentir placer, para "sentirse bien" uno mismo con uno mismo. Sentirse bien con uno mismo por haber sido tan "generoso" con nuestro autoestima. Sentirse bien no por el otro sino por el placer que genera "ayudar".

Ya colaboré, ahora puedo apoyar la cabeza en la almohada y dormirme dulcemente bajo mis sábanas de generocidad PARA CONMIGO.

Quiero decir que todavía no se si este reconocimiento expreso y público del grado máximo del egoísmo es bueno o malo. Tal vez sea buena la honestidad: a fin de cuentas ya no insultan la inteligencia de algunos diciéndonos que lo que se hace se hace por "los chicos con capacidades 'diferentes'".

Al menos ahora ya no se toman el trabajo de cubrir la autosatisfacción: Es una buena y novedosa forma de ahorrar en hipocresía.

Pero por otro lado es el fin de las formas y las caretas, que a fin de cuentas, todos llevamos puestas a diario.

Respecto a los individuos que aparecen en la foto, es también algo paradójico. De izquierda a derecha: FREDDY NIEUCHOWICZ ABRAMOVICH, hombre enfermo por el dinero si los hay, no creo necesario seguir explicando ni detallando ni revelando mis fuentes. Omar Gutierrez, viejo chocho de la tv matutina al que sus propios compañeros tratan como si fuese un imbécil. Victoria Rodriguez... ... ... Nacho Alvarez, un periodista riguroso, incisivo y serio... aunque al parecer no escatima recursos para deleitar su morbosidad. Recordemos que subempleaba al difundo Escanlar y lo mandaba a recorrer quilómbos en la noche. Y para el final dejemos al gran Sr Fernando Vilar. Un tipo que cuando la policía avanza ni siquiera se gasta en tapar el micrófono para soltar un "si, bien hecho". Sospecho, y esto es solo una suposición, que Vilar estaría de acuerdo en mandar a trabajar a los niños que reciben tratamiento en el Centro Teletón.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Pasados de verde

Las publicidades de FUCAC, desde hace algún tiempo, me causaron cierta impresión: ¿qué es eso del verde? ¿Por qué tanta insistencia empecinada y traída de los pelos con el color verde, los bailes ridículos, los cantos, etc…? Desde la primera vez que vi uno de los spots publicitarios de FUCAC y su misteriosa campaña con el verde, me asaltaron muchas dudas. Primer que nada, por el repentino e inexplicado protagonismo del color verde en sus avisos. Y es importante recalcarlo: la empresa nunca se ocupó de explicar qué significa el verde, por qué lo eligieron y que buscan con ese color como bandera de la empresa. El verde apareció sin más, de un día para el otro, y ahí se quedó. Pero lo primero es preguntarse si hay alguna razón especial para ello. Y evidentemente tenderíamos a decir que si; que seguramente los de FUCAC le pagaron a un grupo de tipos que se hacen llamar creativos (lo más cómico es que se forman y se licencian de creativos), para que le diesen un toque especial a la empresa. Ese toque resultó ser el verde.




En el spot el verde aparece en todas sus formas: en las letras, en las cifras de préstamo, en las prendas y todas la indumentaria de los actores… hasta se pinta la cámara y se le da un baldazo de pintura verde al televidente. Pasate al verde. ¿Qué es el verde? ¿Qué implica pasarse al verde? ¿Por qué? Todo eso no existe.

Rápidamente vemos otra cosa: entre tanta verdosidad, aparecen niños, niñas, gordos de doscientos kilos, jóvenes, adultos, viejos. Todos bajo el encanto del verde; todos, en cierta forma, bajo los efectos del verde. Todos bailan, se ríen, hacen idioteces, cantan… Todo por gracia divina de haberse pasado al verde.

Y luego de indagar brevemente en esto la respuesta es simple: ¿cuál es el imperativo social actual? ¿Qué es lo más valioso que podemos tener hoy? Juventud. Cremas, cosméticos, líneas de expresión, antiarrugas, tengo cuarenta pero no los aparento, no te arrugues, cuidate del sol pero bronceate, qué pelazo!, conservá tu figura, cuidá tu silueta, mantenete en forma, sacate años con la crema X. Esas son las expresiones que pueblan la publicidad hoy en día: el proceso natural de envejecimiento, el proceso natural que siguen todos los organismos de la tierra resulta peligroso, hoy parece necesario pervertir las reglas naturales en pos del congelamiento. El hombre actual es alérgico al paso del tiempo. No hay peor mal que la vejez. Viejos son los trapos; esa frase intenta servir de consuelo a una masa humana condenada al deterioro, al envejecimiento inminente que espera a su víctima.

La vejez ya no parece un bien, un proceso natural esperable y que sirve para acumular experiencia ni sabiduría: hoy es el terror que acecha a las personas, más terror que la muerte misma es ser un viejo. En el mundo en el que constantemente se amenaza con el no hay mañana, el fin del mundo, el día en que la tierra se detiene o el 2012, lo que queda es vivir aquí y ahora. Aprovechemos el momento, pues no sabemos que depara el futuro, si es que lo hay. Por eso no pensemos en el futuro, olvidémoslo: maquillémoslo, retrasémoslo… Postergación continua y estéril por evitar un mal que es inevitable. Eso parece.


En este marco, la publicidad de FUCAC no parece más que un producto típico de nuestro tiempo. Un esperanzador y patético sketch. Pasarse al verde significa olvidar las preocupaciones que antes aquejaban al hombre común (mi futuro, el ahorro, el trabajo, la dignidad). La cultura y el valor del ahorro, tiempo atrás considerado algo honorable y obligatorio, hoy ha desaparecido: ¿para qué ahorrar si nos vamos a morir? La aparición y proliferación de empresas de crédito marca el fin de la cultura del ahorro y la racionalización de los gastos.

El spot muestra a todos bajo el dulce y alegre reino del verde, del presente y el crédito: un toque de verde y las preocupaciones se van, un toque de verde y los viejos bailan, sonríen, disfrutan de la vida. Y esto no es menor: no es casual que los viejos (la gente de la tercera edad) sean protagonistas estelares de los avisos de FUCAC y el verde: el verde es el color de lo que todavía no está maduro, de lo que aún es fértil, lo que está creciendo, lo joven, lo que fluye. Eso, que es todo lo contrario a la vejez, con la magia de FUCAC convierte a los viejos en viejos verdes; es decir, viejos jóvenes que olvidan el paso del tiempo y las arrugas y bailan y ríen y piden préstamos y no se preocupan por nada.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Bueno o malo, pero acertado



El más reciente spot publicitario de Coca Cola (el del video anterior) es francamente perfecto. Y lo digo sin ser especialista en marketing ni en estrategia alguna de ventas. Lo digo, simplemente, porque tiene lo que debe tener una marca para atraer al público hoy día: es narcisista, hedonista y agresivamente “democrático”. Repasemos: en el video se vive una locura total, un júbilo sin fin, sin drama ni traba alguna que pueda frenar la diversión. Es el paraíso mismo del desenfreno; de lo individual, de la (auto) satisfacción, de la realización personal, del placer sin límites. Podríamos llenar un párrafo entero de adjetivos. Bien, resulta que desde el horizonte se acerca un oscuro y malévolo ejército arcaico y pasado de moda que, lisa y llanamente, quiere acabar con todo eso; que viene a cortar violentamente el derroche de alegría. Quieren cortar el placer, dice el comercial (al menos el que escuché en TV, el de Internet está empezado).

Y resulta ser un retrato perfecto de lo actual: ya ninguno de nosotros vive bajo el rigorismo moderno, si bajo reglas morales y cierta ética; pero ya no cumpliendo con estas reglas sociales de forma estricta, ya no bajo el deber ser para con uno mismo y la sociedad. Ahora se siguen cumpliendo las reglas referentes a la organización en sociedad, pero estas corren más por autogestión o elección a la carta, por personalización, que por deber, obligación o imposición. Lo que antes se hacía por imposición, hoy se hace por placer. Pero las cosas han cambiado: lo que está bien y está mal ya no es estricto; lo bueno y lo malo, lo feo y lo lindo, ya no existen; los antagonismos se han barrido (nada es blanco o negro, hay grises; esa es la frase perfecta que define la abolición de límites y antagonismos). Ahora, en la convivencia social y tal como ocurre en la historia del spot publicitario, vivimos en la era de la autogestión, autorregulación; de los deberes y obligaciones moldeados y personalizados a la carta, al gusto de cada uno. Y el placer, la droga, la diversión, la ebriedad ya no se viven con culpa sino con orgullo y frenesí. Todo es una continua despedida de soltero: no hay mañana, por lo tanto el hoy, el ahora cobra una vida hipertrófica y hay que hacerlo todo ya, probar todo, darse todos los gustos.

En este marco, aquel Estado que se dedicaba a regular las relaciones, aquella era donde un poder superior indicaba a cada uno lo que debía hacer, es visto (al igual que en el video) como un aparato vetusto, antiguo, torpe; perteneciente al pasado, a un mecanismo de orden que ya no funciona, que ha sido barrido en beneficio de la autogestión. Ya no precisamos (reza la publicidad de Coca-cola) Estado, Deber, Ejército, Dios que venga a decirnos qué hacer: el Estado y el Deber somos nosotros; lo moldeamos nosotros; el Ejército ya no sirve por su torpeza y, por su puesto; Dios ha muerto.

Tal y como ocurre con el aparato regulador (ejército, Presidente, Estado) en el reclame de Coca-cola, los mandatarios e instituciones buscan constantemente un lugar en un mundo que ya no los precisa, que se autorregula; por eso los presidentes son más populares cuanto más “hablan el lenguaje del pueblo”, por más que ese lenguaje sea defectuoso; por eso los candidatos discuten de tú a tú en Twitter, por eso se populariza (se democratiza falsamente) todo lo que antes era opuesto a la masa.

Una vez más, tal y como lo muestra el magistral video de Coca-Cola, el individuo actual (posmoralista) ya no vive esta falta de sentido, esta ausencia de proyectos o mañana, de forma dramática. Que el mundo sea absurdo, que el hoy sea lo único que queda, ya no genera depresión; la depresión es típicamente moderna y problemática; es típicamente pasada. En la actualidad todo es deserción; un estancamiento dulce y aproblemático. La falta de rumbo de todo ya no es un drama; es una forma de vida. “Es mejor cualquier sentido que ninguno” dijo Nietzsche: hoy esa frase ha sido barrida, se ha demostrado que se puede vivir sin ningún sentido y que la “felicidad” coexiste con el absurdo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cartas de un viejo jubilado: primera entrega

¿Por qué he de soportar, cada día, qué ciertos sujetos -idiotas extraviados, debo concluir- se tomen la licencia, el lujo, el descaro de estacionar su coche en la vereda? Es una muestra cabal de la decadencia de nuestro tiempo; decadencia poco relevante, como debe ser. Resulta que hay que bajar a la calle o desviar el camino correcto porque a un Don Atrevido se le ocurre atravesar su jodido auto en dónde debería estar el transeúnte caminando libre y alegremente, o triste, como el sujeto pueda. Pero es intentendible cómo se condena a un simple peatón a bajar la vereda (enfrentándo, creo que no hace falta decirlo, el crudo peligro que acecha en las calles) por un simple antojo.

Parecerá estúpido, y lo es, pero con estas pequeñeces se demuestran grandes cosas. He concluido, luego de un perspicaz y agudo proceso de observación, que cada uno de estos caballeros mongoloides, además de una falta total de vergüenza, dignidad y buen gusto, padecen un evidente delirio de grandeza, derivado en parte de su gris presente y su estereotipada existencia: plagada de lugares comunes, café rancio, corbatas apretadas, lapiceras en el bolsillo de la camisa, hijos feos de seis u ocho años que padecen una marcada hiperactividad y desapego por el aprendizaje de buenas costumbres, y un largo etc... El infractor más destacado, en concreto, es un sujeto apático (de barba de varios días), que va a su trabajo en su piojosa camioneta llena de pegotines en el vidrio trasero lo cuál, seguramente, causará un fatal accidente que incluirá horribles consecuencias, que vuelve a la noche cargado de tristeza, que cada mañana va en chancletas (desligado totalmente de de la realidad, pues si hace frío o calor las usa) a la panadería. Entonces parece que todos nosotros somos culpables de que el señor sea un desgraciado degenerado falto de geometría, traído de un lejano sitio o planeta donde los autos ocupan las veredas y las personas las calles, donde las personas se sientan en el piso y los objetos en las sillas; un lugar inverso. Todos los días, aquel indigno ser humano que no tenga el buen gusto ni la bendición de tener auto y que sea lo suficientemente burro como para no saber levitar, debe pasar por la vereda y; o bien mancharse la ropa contra el óxido del guarda barros de su asquerosa camioneta, o bien bajar a la calle corriendo el evidente riesgo de que un auto lo pase por encima.

Habrá que ver cómo se soluciona este tema; sepa usted, muy señor mío, que la multa correspondiente al mal social, al crimen que usted está perpetrando y perpetuando, es de $1855 (cuatro UR) según indica la norma técnica correspondiente, al día 30.08.2010. Pero ya que lo menciono, he dado, creo, con la raíz misma del problema: apelo al mismo Estado, a la misma ley que algunos miembros del Ejecutivo utilizan para limpiarse el trasero. Está lleno de gente como este hombre, y nada pasa. Así que al diablo con la ley, porque si esperamos por eso, para casos como este, vamos a esperar hasta el fin de los tiempos.

He decidido, y lo vengo manejando desde hace largo tiempo, que lo mejor para todos será colocar una suerte de pincho cuidadosamente pensado para que usted, al salir de su casa una mañana, vea truncas sus espectativas y pinchada una de sus ruedas.
Me veo en el deber de declarar, también, que es un mal familiar, pues durante el verano tuve la posibilidad de ver al hijo de este sujeto, de este vecino irrespetuoso con la dignidad y la cordialidad, utilizando una manguera para mojar la vereda. Si; el niño rollizo e imbécil mojaba, tarde de por medio y debido al ocio y a que su padre no se dignaba a jugar pelota con él, la calle con la manguera por el arte de molestar. Gastaba la preciosa agua. Espero que cuando las fuerzas de todas las potencias mundiales nos perviertan y opriman para sacarnos el agua (¿hace cuanto que vienenen jodiendo con eso de que van a venir a sacarnos el agua?), este niño se haga cargo de su mal. Este pequeño ya tiene conciencia de si, supongo, así que cuando nos vengan a sacar el agua espero tenga la decencia de enfrentar al enemigo y no se quite la vida.

Respetuosamente,

El señor del caos

sábado, 23 de octubre de 2010

Un episodio olvidable

Hoy me tocó, mientras seleccionaba cd’s en Palacio de la Música del Shopping Punta Carretas, presenciar –más precisamente oír- algo raro; no raro en el sentido asociado a extravagancia o peculiaridad –eso ya no se ve-, raro en el peor de los sentidos. Tanto que la palabra no sería raro, pero ya empecé la frase y borrarla implicaría empezarla otra vez. En fin. Mientras iba pasando uno tras otro los álbumes (como el lector se dará cuenta: impulsando las cajas de cd’s hacia delante con el dedo), comencé a escuchar un griterío, griterío que, mientras pasaba por un recopilatorio de los Beatles, invocaba aquel fenómeno de los ’60, la Beatlemanía. Pero tristemente no era eso. Es Ricardo Fort, dijo uno de los empleados de Palacio mientras se asomaba para ver a la estrella(fugaz) pasar por el segundo piso del Shopping. Es Ricardo Fort… Es Ricardo Fort. Sentí dolor en el corazón.


Eso fue lo que pasó: gritos eufóricos en el Shopping para acercarse a Ricardo Fort. Y dije que es algo raro, pero en realidad es todo lo contrario: no es raro que pase esto cuando la gente ve a un sujeto como Fort. ¿Cómo no enloquecerse cuando algo como esto se acerca, pisa el mismo piso que yo? Es horroroso, pero es así. Me guste o no. En cuestión de segundos el local de Palacio de la Música quedó vacío (tanto que me hubiese dado el tiempo para arrancar la cobertura de plástico de seguridad y robarme muchos cd’s, lo pensé ¿y?). Que pase algo así es espantoso. Pero es real.

Calamaro nombra a Beto Satragni en el festivalucho de Pilsen y se escucha un silencio que da vergüenza; luego algunos indignos atrevidos sueltan un aplauso apagado; el típico aplauso de alguien que aplaude porque sabe que hay que rendir honor a alguien pero no sabe por qué ni de quién se trata. La verdad es que hay gente que apesta, que da asco, está lleno de ellos, pasan cerca de uno continuamente. Un músico argentino nombra a un uruguayo como Satragni, un tipo que fundó el beat, el candombe-funk de nuestro país, que lo llevó a Argentina, que formó a Calamaro, que compuso junto a Spinetta en Jade, junto a Charly, que fue taloneado por Sui Generies, que tocó con Miguel Abuelo, Greco, Moro, Moris, Lebón… y la gente “rockera” (dan asco los imbéciles que se autodenominan así en este país) escucha el nombre de Satragni y no tiene idea de quién es, aplauden porque se sienten en la necesidad de hacerlo. De esos indignos, a lo sumo el menos indigno habrá buscado en Wikipedia “Beto Satragni”.

¿Qué tiene que ver? No se, pero lo raro (todo lo contrario ahora: lo común, tristemente) es que la gente se rasga las vestiduras por acercarse a Ricardo Fort (ni siquiera alguien con cara normal) y no saben quién es (quien fue) Satragni. No digo que sea obligación saberlo, para nada. Pero va contra el neo-chovinismo que ha surgido acá, valorar más la mierda argentina que el oro argentino y el diamante uruguayo.

Está claro por qué pasa esto: porque Fort es un formador de opinión, o al menos es un sujeto público, comunicativo exponente de los mass media. Eso lo convierte, hoy, en un referente a nivel social. Y este no es el discurso de cierto sector intelectual (antes teníamos a Mirtha Legrand, ahora a Fort), no es un problema de falta de refinamiento o buen gusto, es un problema peor: es la construcción automática y estúpida de referentes y líderes que, en rigor, no hacen nada. ¿Qué es Ricardo Fort? Y digo este nombre por decir uno. ¿Qué hace él? ¿Qué lo define? ¿En qué se destaca? Existe, y no soy el primero en decirlo, una necesidad padre/hijo entre el espectador o cuerpo social y aquel referente que sale en Tv. Hoy el Estado precisa de los medios de comunicación, pues ahí está la más rápida y simple forma de expandir el poder, tanto que sujetos sin cerebro (y lo digo literalmente; sostengo que Ricardo Fort tiene tomates podridos en la cabeza), decía: tanto que sujetos sin cerebro ni capacidad alguna, puedan alcanzar la escala de idolo y modelo del pueblo. Y que alguien venga a decirme que nadie ve a Tinelli, que nadie quiere a Ricardo Fort ni a Tinelli, porque alguien lo ve. Yo no, claro, pero alguien lo ve y ese alguien, lamentablemente, comparte el mismo aire conmigo. Espero tenga respeto y contenga la respiración.




Que poco coherente que quedó esto. ¿Y?


26/10

Agrego que mi desalineado y caotico post no es una declaración en contra de la avanzada de la "basura" argentina en Uruguay. No es una de esas habituales y estúpidas quejas, cada vez más frecuentes, sobre los medios argentinos inmiscuidos en los medios nacionales. La proclama popular, repito; muy en boga ultimamente, padece de dos problemas. El primero es evidente y creo que no es necesario especificarlo mucho: si la "basura" argentina, la que el lector quiera seleccionar como ejemplo será válida, si ese producto malnacido se ha instalado en nuestros medios, no es sino porque hay una gran cantidad de gente que los consume. Uno pregunta entre diez personas ¿quién ve a Tinelli? y resulta que son dos o tres los que lo ven, algo extraño, porque si eso fuese cierto, no se mantendría en el horario central del principal canal abierto del Uruguay.

Un segundo punto es que la queja del argentinismo decadente (es decir; lo argentino en su peór faceta) en nuestro país, además de culpa o responsabilidad nuestra, es un reclamo absurdo: Uruguay existe por y para Argentina (y Brasil), no soy el primero ni el último en decirlo. Este país no sería tal si no fuese por intereses de dos países en serio que nos rodean. Entonces, que el hijo se queje de tener los mismos gestos y facciones que el padre, es algo absurdo. Además de el sentido de inferioridad uruguayo frente a todo lo argentino, existe una queja constante sobre el producto barato de la vecina orilla instalado en nuestro país. EL DÍA QUE EN NUESTRO BENDITO PAÍS SE ELABOREN PRODUCTOS TELEVISIVOS CON DIGNIDAD, no habrá que quejarse de la importación barata. ¿Por qué son los argentinos los dueños de la Tv uruguaya? Porque, tengo que creer, el producto nacional es peor aún (Pizza Carballo, Bendita Tv, Telemental, la ficción espantosa de Esmoris y el imbécil de Coco Etchague, etc...).

Mi post no se trata de todo esto (ahora, por decantación, si), sino más precisamente de una simple y ocasional comparación entre dos hechos que sentí conectarse (lo de Satragni y lo de Fort). Me importa un rábano si con esto "le doy de comer a Fort y a todos esos". Eso es cierto, pero a mi no me importa matar a nadie de hambre, eso se lo dejo a los que lo saben hacer.

Hoy es casi imposible no ser funcional a sistemas como estos, es muy dificil no ser fagocitado por los medios y jugar su partido. Eso es cierto, pero es otro tema.

martes, 5 de octubre de 2010

Rumbo errado: la ley del clamor popular

¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? Todo comienza a dar un poco de miedo. Realmente; da miedo. La pérdida total de rumbo ha alcanzado finalmente, y este hecho es la muestra cabal que lo confirma, a todas las esferas de lo social. ¿Entre qué reglas, acaso, vivimos? Ya nadie puede, en rigor, contestar esa pregunta sin dudar una, dos y mil veces.

El hecho es simple y repetido: dos tipos entran a robar a un comercio, uno está armado, el otro no. Uno se abalanza sobre el comerciante que, en el acto, le dispara y lo mata ahí mismo. El comerciante le dispara también al otro que sale corriendo y cae en la vereda, sin morir. La policía llega y constata la muerte de uno de los malhechores y descubre que el otro, el que tenía el arma, portaba un arma de juguete. Eso ocurrió el pasado jueves en un comercio ubicado en la calle Eduardo Víctor Haedo.

No vamos a ponernos a decir ni juzgar si a los ladrones hay que matarlos, quemarlos, dejarlos libres, etc., ni tampoco si el comerciante estuvo bien o mal, o debería haber matado al otro también o no debería haber disparado. Pero lo que si podemos decir es; ¿de qué estamos hablando? Hablamos de un tipo que mata a otro porque éste amenaza con robarle en su negocio. Hablamos de un tipo que le dispara a los ladrones y mata a uno de ellos para defender su negocio. Después que el comerciante hizo lo que hizo, la policía le comunica que el arma con la que lo amenazaron era de juguete.

En resumen: el comerciante mató a un tipo desarmado y a uno con un arma de juguete, que intentaban robarle.

Lo verdaderamente terrible de esto no es el disparo, ni la muerte, ni las palabras de cocodrilesco arrepentimiento del comerciante ante las cámaras de La Tele. Lo que aterroriza brutalmente no es ya la escena (de por si lamentable y tragicómica, traída de Los tres chiflados en versión negra), lo que aterroriza es la inversión de las leyes morales: el travestimiento que sufren, de un día para el otro las concepciones de lo que está bien y mal, de lo que se puede hacer y lo que no; el quiebre de todo límite entre el bien y el mal y, también, entre el juego y la realidad. Dos tipos entran a robar, dispuestos a hacerlo, y en realidad juegan a que van a robar; juegan a robar y van a robar. Juegan a matar con un arma de juguete, pero en realidad quieren matar con un arma de juguete. Pero este sería otro tema.

Retomando: es alarmante el giro violento que toman los hechos ante la percepción de la sociedad; lo ocurrido es lo mismo de siempre, pero hoy, con el comerciante libre, ha cambiado algo. La medida tomada por el juez Daniel Tapie (a cargo del caso) se ampara en Derecho, pero más que ley es la respuesta a una agitación social; la medida de dejar en libertad al comerciante que mata a un tipo a balazos, en este mundo enfermo, responde más al pedido general de linchamiento que a las leyes puras y duras.

Y si no, miremos qué dice en los libros de Derecho, es muy simple:

Queda configurada la legítima defensa cuando se dan, necesariamente, tres condiciones:

1) una agresión injusta;
2) que exista proporción entre el medio empleado para defenderse y el empleado por el agresor;
3) que quien se defiende no haya provocado al agresor.


No hay que ser muy astuto para darse cuenta que acá lo que se hace es manipular la ley para satisfacer el pedido popular; como si estuviésemos en la Edad Media, todos sentimos cierta satisfacción al ver cumplido el pedido de la masa eufórica. Ese pedido, que no viene solo de la masa sino de las mismas autoridades al mando (recientes y antiguas declaraciones de hombres al poder lo demuestran), es el de la justicia por mano propia.

¿Se trató, en este caso puntual, de legítima defensa? La primera regla se cumplió a medias: los asaltantes arrinconaron al comerciante. Lo que es injustificable es decir que la segunda se cumplió; no existe ningún tipo de relación proporcional entre el medio empleado para atacar (mostrar un arma de juguete) y el medio empleado para defenderse (matar de un tiro a uno y herir al otro). Y me dirán ¡pero el comerciante no sabía que el arma era de juguete! Y yo diré ¿y cuál es la diferencia? ¿Cambia el hecho que el arma sea de juguete? A la mierda con esas excusas. La ley es la ley, lo sabemos desde el lejano oeste, y acá hay un tipo que mató a otro que lo amenazó; y eso merece una pena carcelaria. Pero claro, parece que ahora esta bien visto, y amparado por ley, matar para defenderse. Es absurdo que un sujeto que reacciona así esté suelto pro la calle, es estúpido. No hablamos de justicia o injusticia; hablamos de reglas, nos gusten o no esas reglas, que son las que rigen nuestra vida.

Si seguimos retrocediendo corremos el riesgo de desaparecer.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Un acting por la diversidad

El viernes pasó otra marcha de la diversidad. En primer lugar hay que mencionar la disonancia, una vez más; repetida, entre el reclamo –“despenalización del aborto, el matrimonio homosexual y el trabajo digno para todos, bajo la consigna ‘los mismos deberes… los mismos derechos’ (180.com)”- y el hecho, la manifestación o, más precisamente, el acting. Las marchas de este tipo –sea en reclamo por derechos, cupos, igualdad, no discriminación, etc…- parecen condenadas a una equivoca repetición; son arrastradas siempre hacia lo festivo, lo carnavalesco, lo grotesco o lo banal. Se piensa más en la puesta en escena, en la performance o el happening, que en el sentido real o esencial que impulsa (o debería) el acto mismo de manifestarse públicamente. Manifestarse en público ya tiene cierto significado intrínseco: sugiere una necesidad de decir algo a bajo costo y largo alcance, una forma de propagar un MENSAJE de forma rápida y libre. Ahora bien, y volviendo a lo anterior, acá parece cobrar protagonismo y primer plano la performance; lo que se monta, se maquilla, se arma, musicaliza e ilumina, y pasa a segundo orden lo que, suponemos, es la raíz misma: manifestarse en busca de valores, igualdad, etc…

Mientras la base está en determinado tono, el punteo está en otro: es difícil de entender qué se reclama, cuando el aspecto de los implicados parece el de una murga. Con esto no se pretende un montón de personas con semblante melancólico y afligido, no, se pretende dar preponderancia a lo que debería ser lo primordial. Los derechos, la despenalización, el trabajo digno, etc., no se consiguen (o al menos no parece así) montando una farándula y un cotillón bajo risa cínica y despreocupada. No es una fiesta, pero parece tal. Se juegan cosas importantes, pero se juegan, justamente, como un juego. Todo esto obviando la singular inclusión de la despenalización del aborto como uno de los reclamos en una marcha de “minorías”. Es interesante el fenómeno por el cuál se mete todo dentro de la misma bolsa, y lo que era marcha homosexual es ahora marcha de minorías. No solo esto, sino también el hecho de incluir a la mujer, y este tal vez no sea le caso, entre las minorías. ¿Qué hace la despenalización del aborto en una marcha por la diversidad? Es triste ver como ya no se sabe ni cómo ni qué reclamar en qué lugar ni cuándo. No se trata de estar, como se plantea para patear al otro a la hoguera, en contra o a favor, de ser pro o anti algo, de ser homo o hetero, eso en este caso es lo menos importante. Ese es un asunto que no me importa tratar ahora.

Lo único que se consigue reclamando satíricamente es causar un golpe de vista, shockear la superficie de aquellos que se encuentren con la marea deambulante y feliz. Lo único que parece conseguirse es un momento de oídos que escuchen, un instante para ver y luego, simplemente, olvidarlo todo. ¿Hace cuanto que se suceden estas marchas? Y hablo de estas y no todas las marchas. Lo que se ha logrado no se ha conseguido por medio de estas manifestaciones, se ha conseguido políticamente, por medio de diálogo y papeleo, nos guste o no. El objetivo de la marcha, en suma, parece desplazado de su sentido inicial, gira en su órbita hasta olvidarse por qué lo hace: el objetivo ya no parece ser la obtención de los derechos, sino el acto mismo de decir, hacer, mostrar, exteriorizar y comunicar lo que se reclama, sin importar demasiado si está bien el medio, la forma, el canal en pos de la obtención.

Es algo escabroso a veces notar esto, cuando al que lo hace se lo acusa y señala como reaccionario, a fin de cuentas ¿a quién le parece mala una fiesta así? Justamente es terrible una fiesta así para un tema así, y lo peor es que oponérsele es apagar la música, prender la luz y acabar con la fiesta.

viernes, 17 de septiembre de 2010

¿Qué pasa con los blogs?

El blog, como plataforma comunicativa, está en decadencia. O al menos, si no en decadencia, está en receso, un receso que creo, no será mortal, no acabará por eliminar al blog como canal-medio, pero si limitarlo crónicamente. Es fácil constatarlo. Desde hace ya varios meses, diría que desde mediados del año pasado (con mayor velocidad), el blog (y lo digo como usuario y lector) ha visto disminuido su tráfico: las actualizaciones, en muchos casos, son escasas, más disipadas y, en los peores casos, se ven espacios abandonados; blogs que ya no están habitados. Blogs que viven, meramente, más allá de un humano que los dirija. Congelados, nostálgicos en su propio fin.

Procesos similares: formatos
Pero este es solo un ejemplo. Pasa, se me ocurre ahora, con la música: el vinilo ha dejado paso al casete y éste al CD/DVD, que a su vez se encuentra en vías de extinción (una extinción que no es total; se trata de una extinción perpetua pero que nunca acabará, definitivamente, con el CD). Muchos dicen que el CD desaparecerá definitivamente ante la practicidad, rapidez y “democraticidad” (en tanto que todos podemos acceder a un disco con un solo click) del formato digital. Sin embargo, según puedo llegar a entenderlo (a un proceso que, repito, se acaba de inaugurar en nuestro tiempo pero lleva larga data y se sucederá hasta el fin de los tiempos), la frenética sucesión de medios y formas comunicativas (y también otras) no comprende, como lo vaticinan los apocalípticos del CD, la aniquilación progresiva del medio obsoleto. Quiero decir: la aparición (y proliferación) de lo digital en la música, lejos de eliminar completamente el formato tangible (CD, vinilo) lo limita, es cierto, pero de ninguna manera lo mata. Lo que hace es reafirmarlo como medio. Es imposible (lo repito IMPOSIBLE) que el CD desaparezca dejando paso libre al medio digital (mp3, 4, 4, 5, 6, 7, 8,9, etc.), ya que ambos operan formas diferentes sobre lo mismo: mientras que el CD aporta ciertas formas artísticas en su caja, cierto concepto de álbum como pieza concebida y hasta una pieza de colección, lo digital aporta rapidez en el acceso y practicidad, pero pierde las concepciones del CD como objeto de colección. Juegan, en el mismo partido, funciones diferentes, posiciones diferentes en el mismo campo de juego.

Siempre existirá la necesidad humana de tener el medio en formato físico: el diario, el semanario, la revista, el comic, el álbum, el CD, el libro. Todos estos, si se pone atención, tienen su alter-ego digitalizado: el portal digital, el motion-comic, el álbum digital, mp3, e-book… y sin embargo no logra desterrar a su antecesor. Eso es porque pertenece a otra categoría. Un libro (físico) nunca podrá eliminarse por un texto de Word, pero si por un libro con tapa dura, edición de lujo, etc…

Batallas internas
Asimismo, es interesante ver como, en paralelo a la categoría física, lo digital juega su propia batalla interna. Por ejemplo, tenemos el formato físico para escuchar música: vinilo, CD, DVD. La era digital, por su parte, ha generado su propia gama interna de primos hermanos: mp3, mp4, mp5, I-pod, palm. Al igual que los primeros, se suceden entre si; van evolucionando pero no en el sentido clásico del término: se suceden de forma frenética, hipertrófica; giran furiosamente sobre su propio eje. Insisten, obstinada y bobamente, en su propia esencia: reproducir música, luego reproducirla en mejor calidad, luego agregarle imágenes, luego sonido envolvente… y así siguen y seguirán, como bólidos, hacia el infinito, no aportando algo diferente, sino recargando se sobre su propia función.

Lo mismo con el cine. Las primeras formas de cine consistían en una paleta de imágenes que se movían a gran velocidad, luego llegaría la proyección en la oscuridad. Luego, a aquella cinta única, se le agregó la edición, el montaje y todo cambió. Al montaje en la moviola se le lo está cambiando por el montaje digital. La esencia es siempre la misma: proyectar imágenes, pero cierta necesidad humana insiste en girar sobre el mismo eje de lo ya inventado.

Entonces ¿Qué pasa con el blog?
Volviendo ahora al blog, éste parece haber corrido la misma suerte que, por ejemplo el mp3 o el CD: nunca va a desaparecer, en tanto que su conformación le permite ciertas posibilidades que twitter y facebook no. Pero, sin embargo, no cesa de apagarse lentamente (reitero, sin un final).

¿Por qué? Seguramente debido a la nueva modalidad discursiva y de comunicación de la era actual. Vivimos en pleno apogeo de la imagen. Esto debido al ritmo acelerado de la sociedad actual, que no tiene tiempo para perder, por lo que, mientras antes era necesario tomarse dos o tres minutos para leer un artículo y enterarse de las tormentas que asolan Bangladesh, ahora una sola imagen conjuga dentro de sí lo que antes aparecía en dos párrafos. En pos del menor esfuerzo y la rapidez, hemos dejado de movernos por asimilación, procesamiento y racionalización de lo que recibimos del exterior, para operar por golpe de vista, por fascinación: por la fatal fascinación de ver. Hoy, una imagen vale más que mil palabras. Si antes, en la modernidad, la era del progreso, y bla bla bla, la sociedad se ponía al servicio de sujetos formados, que buscaran y se interesaran por el mundo, por sujetos que no solo recibieran la información sino que la procesaran mentalmente a fin de entenderla, en el presente ocurre lo contrario: recibimos la información (ya procesada, como se han cansado de decirnos) no para entenderla y asimilarla, no para procesarla y determinarla, sino, meramente, para “estar informados”, para actualizarnos, para estar al día. Lo que antes era una captación activa, hoy es una recepción pasiva, un bombardeo en el que lejos de tamizar y descartar lo inútil, todo se recibe inconscientemente. Somos una suerte de cámara: solo observamos y almacenamos los datos que recibimos.

El estado de la comunicación actual
Es en parte por esto, que la comunicación parece mutar siempre hacia formas más primitivas y básicas de intercambio. Los medios cada vez se empeñan más en decir las cosas con menos palabras (de hecho twitter tiene 140 caracteres para decir) y más rapidez. De esta forma democratizamos (democracia en el laxo sentido actual) la comunicación: pero también la asesinamos. La comunicación en las formas actuales, lejos de unirnos, lejos de ampliar el rango de utilidades lo único que logra es negarse a si misma: es ofrecer, de forma anormal, más y más medios para comunicar, más y más posibilidades de comunicar, olvidando lo básico de toda comunicación, la clave que debe desencadenar el acto mismo de comunicar: tener algo para decir.

viernes, 20 de agosto de 2010

Buena agenda, pésima organización

Parece que se ha confirmado la edición 2010 del "Pilsen Rock", y lo pongo entre comillas porque debe ser así. No quiero caer en la bolsa de "los que siempre tienen algo para quejarse", pero si alguien lo piensa así, poco me importa.

Desde mediados de junio se anunció que Pixies tocaría en Buenos Aires el 6 de octubre. En paralelo, también se confirmó la presencia de Queens of the stone age en la vecina orilla para el 13 del mismo mes, en el marco del Pepsi Music (donde estará también Green Day, Rage Against the Machine, Faith no more y Andrés Calamaro, entre otros). En julio se comenzó a manejar la posibilidad de un toque de Pixies en Montevideo. A mediados del mes pasado, Malacara Producciones (Danilo Astori Jr.) "confirmaba" a Montevideo Portal y a El Espectador (digital) el concierto para el 7 de octubre en el Teatro de Verano. Sin embargo, esa "confirmación" quedó congelada; todo el hecho pareció congelado. El concierto de Pixies pareció no importar a nadie, ni siquiera a la misma productora. Ni aviso sobre futura venta de entradas, ni propaganda, ni confirmación en la web de Malacara ni en la del grupo bostoniano.

Ese punto muerto tenía su explicación: estaba la posibilidad de armar un mejor negocio. Ya en agosto, se empezó a especular con una suerte de "festival" que tendría a Pixies y Buenos Muchachos el 7 de octubre en el Teatro de Verano, y a Calamaro junta a Queens of the stone age en el Velódromo Municipal el día 16 del mismo mes. Hoy se ha confirmado, con algunas variantes: a la fecha del jueves 7 de Pixies le sumaron (algo así como teloneros) a Buenos Muchachos en el Teatro de Verano, y el 16, en la Rural del Prado; Calamaro, Los Violadores, Queens of the stone age, No te va gustar y Hereford.

No quiero que esto suene a queja, ni a intento de desenmascarar nada, el asunto no es tan importante y esa no es mi intención, en tal caso. El hecho es que las negociaciones han sido torpes hasta para el ojo más ciego: con The Pixies aprovechan la volada y al otro día de tocar en Buenos Aires los traen por Uruguay, eso no tiene nada de malo, pero que a ese concierto organizado en principio por Malacara como unidad, le sumen (aprovechando el momento) una "fecha" más de una semana después, no me suena a festival, sino a festín... y no de música, sino de negocio. No tiene nada de malo hacer negocios con la música, de hecho creo que la música (o parte de ella) precisa del negocio para subsistir: pero cuando por ahorrar unos pesos y aprovechar fechas, tratan al público de idiota, resulta demasiado.

¿De qué Pilsen Rock me hablan, cuando las fechas son con nueve días de separación, en escenarios en distintas puntas de la ciudad? Todo suena a negocio de última hora, y mal hecho. Malacara tenía a Pixies, entonces Pilsen dijo ¿y si nos unimos al business? y metieron alguna banda uruguaya para tener una excusa, y pusieron a Buenos Muchachos con Pixies (que es lo único medianamente coherente que hicieron) y Malacara llamó a Calamaro (artista de Malacara), y aprovecharon a Queen of the stone age, que estaba de pasada en Bs As para tocar tres días antes, y de paso llamaron a Los Violadores, que estaban en el freezer, y así le dieron marco de "festival" a un par de conciertos que no tenían nada que ver entre si. ¿Y cuál es el problema de todo esto? Ninguno, el asunto es el respeto y la coherencia para traer artistas y armar "festivales". Esto fue organizado a las patadas, de casualidad, por dos empresas interesadas.

¿De Pilsen Rock? Poco y nada: el "Pilsen Rock" de Montevideo empieza un jueves en el Teatro de Verano, se toma un descanso de ocho días, y más de una semana después tiene a dos bandas uruguayas, dos argentinas y una norteamericana en un escenario opuesto al otro. El Pilsen Rock ¿no era la fiesta de la descentralización? ¿no era el amable y fiestero éxodo oriental hacia el centro del país? ¿no estaba plagado de bandas uruguayas? Yo no conozco un solo festival que empiece un jueves con dos bandas y termine a la semana siguiente con cinco conciertos más, en otro lugar diferente. Basta mirar un esquema para reírse un poco de este "festival":

Día 1: Teatro de Verano
-The Pixies
-Buenos Muchachos
Día 2: vacío de viernes
Día 3: vacío de sabado por la noche con John Travolta
Día 4: vacío triste de domingo
Día 5: vacío laboral
Día 6: vacío
Día 7: vacío
Día 8: vacío, ya me olvidé de quien tocó hace días
Día 9: vacío previo
Día 10: Rural del Prado
-Queens of the stone age
-Los violadores
-Andrés Calamaro
-Hereford
-No te va gustar

Hablan de Pixies como una suerte de "previa" a lo que va a venir después. Se nota que quieren cubrir algo que no tienen por qué disfrazar. ¿Pixies, antesala de quien? Es un insulto hablar de Pixies como "antesala" de Hereford, y mucho menos de No te va gustar. Los organizadores dan asco, hacen la letra necesaria para que gente como yo los critique con argumentos simples, logran que uno termine diciendo "mirá, así se hacen las cosas en Uruguay...". No es tan grave, pero algo hay que escribir al respecto.

Ahora, la razón por la cuál está todo el texto anterior: para escuchar, una vez más, ese gran tema que es Where is my mind, de los Pixies.

martes, 17 de agosto de 2010

Sobre Inception y la fiebre del público

Esto es lo que pasa cuando se ponen ciertas espectativas, a veces equivocadas, sobre algunas películas. Esto es lo que pasó con Inception. He leído críticas para ambos lados, pero tengo que decir que la película, a mi modo de ver, tiene aires de genialidad, momentos visualmente excelentes, es cierto, pero intentos de complejidad innecesarios que la hacen torpe.

Primero que nada: Inception no tiene nada que ver con Matrix, comparar ambas películas, y lo digo con todo el respeto del mundo, es una simplificación. No porque crea que Matrix es muy buena e Inception muy mala, o viceversa. Lo digo porque se ha comparado la esencia o el tema de ambas. Creo pertinente decir que, mientras Matrix se planta en un futuro apocalíptico donde son las máquinas las que gobiernan la mente del hombre y lo transportan a una simulación social, en El origen la acción es enteramente dominada por humanos; Cobb es un ladrón que obra dentro de la mente, cuando las personas duermen, extrayendo secretos o información valiosa de allí dentro y negociándola. Se puede salir y entrar del sueño, el hombre lucra en el sueño. No encuentro mucho parecido entre ambas y no creo ineludible compararlas.

Con respecto al tema que trata Inception: no es para nada innovador, aunque pedir innovación en el cine o en cualquier rama del arte a esta altura es una estupidez. Pero el problema radica en eso, justamente: muchos piensan que Inception es una novedad, y el mismo Nolan parece creerlo así. No me imagino a Nolan sentado 10 años (como dicen) escribiendo el guión, por dos razones: no lo creo un imbécil, y en segundo lugar, creo que lo que hizo durante 10 años, si así fuese, no fue crear un libreto revolucionario como algunos dicen, sino tomar cuanto tema, elemento o tópico se prestaba para la tarea, reorganizándolo y mezclándolo con otros. Cualquiera que conozca medianamente algunos argumentos de la ficción (sea en cine o en literatura) se dará cuenta que Nolan recae en temas más que recurrentes: el sueño (Philip K. Dick "Ubik"), las posibilidades de bifurcar la realidad (Borges "El jardín donde los senderos se bifurcan"), el sueño dentro de otro sueño ("Las ruinas circulares"), la arquitectura en los sueños (Ubik nuevamente), el inconsciente entrenado, el limbo, bla, bla, bla: ¿dónde está lo nuevo? En ningún lado. ¿Dónde está lo malo? En ningún lado; lo malo está fuera de la película; está en la gente que la ve y dice "es increíble, alucinante e innovadora". La película termina pagando los platos rotos.

El director tomó los tópicos mencionados y los metió en una licuadora. Luego entreveró el argumento a mas no poder. La película tiene cientos de diálogos explicativos sobre el sueño (incluida la ya insoportable frase "usamos el 10% de nuestro intelecto"), entrevera la trama, aporta datos y más datos, crece en tensión pero nunca deja descanso, lo cuál acaba por anular la tensión; para que haya momentos de tensión los tiene que haber calmos. Da vueltas sobre si misma una y otra vez, acabando por confundir al espectador. Una cosa es pedir un espectador atento, una captación activa, lo cuál es muy sano, otra muy distinta es sobrecargar una película y enroscarla sobre su propio eje para que algún intelectualóide o estudioso salga de la sala con su ego hinchado diciendo que entendió la película.

Aunque no lo parezca, Inception es una buena película algo entreverada, una genial realización audiovisual, un compilado de temas recurrentes llevado a cabo de forma digna. De ninguna manera una revolución ni una invitación a la reflexión.

PD: no pienso releer el artículo, así que puede tener repeticiones y cosas de las que luego voy a desdecirme, seguramente. Solo quería escribir un post nuevo para apoyar la industria del blog; alerta y atenta, luchando siempre en silencio contra el Facebook, Twitter y esas formas que han extinguido el MSN.

sábado, 5 de junio de 2010

Miedo y asco en aguas internacionales

Lo que algún día fueron extremos, partes opuestas de una linea recta, hoy se cruzan, se tocan y se intercambian de forma asombrosa, y la ruta más fácil para llegar a convertirse en bombero es ser incendiario.

Noticia:

"Atentado en Israel causa 8 muertos y amenaza con encender la zona

Al menos ocho personas han muerto hoy en un tiroteo iniciado por dos terroristas palestinos en una yeshivá o escuela judía en el barrio de Kyriat Moshé, en la parte occidental de Jerusalén, según informaron los servicios de emergencia y medios israelíes. "

Noticia 2:

"Israel detiene a 480 activistas por la paz que iban en la flota con ayuda humanitaria para Gaza

Unos 480 activistas por la paz que iban en la flota que llevaba ayuda humanitaria a Gaza fueron detenidos por las autoridades israelíes el lunes por la tarde y el martes por la mañana."


Repasemos: en ambas noticias se repiten dos elementos básicos. Primero; representantes de un país, por medio de la violencia, intentan solucionar algo. Segundo elemento; en ambos casos los protagonistas son Israelíes.

Observemos la primera noticia: lo ocurrido se califica, justa o injustamente, como "atentado en Israel", por parte de "terroristas palestinos". Víctimas: claramente israelíes, victimarios: claramente palestinos. Ahora la segunda noticia: lo ocurrido se califica como como una "detención", "Israel detiene a 480 activistas". Víctimas: claramente activistas -en su mayoría turcos-, victimarios: no existen.

¿Es tanta la diferencia entre un caso y el otro? Para nuestro sospechoso mundo parece que si. Lo que en un caso es un "atentado terrorista", en el otro deviene "detención". De ahí se desprende que para los ojos del mundo, cuando en Israel mueren ocho personas lo que aconteció fue un "atentado en Israel" perpetrado por "terroristas palestinos", pero a la vez, cuando los que mueren -casi diez- son activistas turcos -en su mayoría-, que llevan ayuda humanitaria a Gaza, lo que ocurrió no fue un "atentado" ocasionado por "terroristas", sino meramente una "detención". Los palestinos son terroristas por matar ocho personas, eso es cierto, pero si es así, no encuentro razonamiento lógico para decir que los israelíes que asesinaron a nueve personas en aguas internacionales, interceptando un barco y disparando indiscriminadamente, no son tan terroristas como los primeros.

Cuando la masacre viene de parte israelí es una "detención", arbitraria, sangrienta, a contrapelo de las leyes internacionales, que se caga en todo, pero "detención" al fin, nada más. Cuando lo mismo pasa con los otros se transforma en "terrorismo". Solo hace falta preguntarse ¿cómo denominaría el mundo lo acontecido, si en lugar de haber sido Israel quien invadió un barco con ayuda humanitaria, hubiese sido Pakistán, Iran, Palestina o Turquía? Ahí no dudaríamos en llamar eso terrorismo.

Es cierto, también cabe preguntarse por qué llega, traída de los pelos, aislada, la ayuda humanitaria a la franja de Gaza, por qué se hizo pública de tal manera, y por qué no se hace en tantos otros países. Pero eso escapa al asunto.

Por último, la penosa y desagradable carrera de ambas partes por el monopolio de las imágenes y videos -algunos en Youtube- sobre lo ocurrido, que ahora parecen estar por sobre toda explicación o argumento.

viernes, 21 de mayo de 2010

Lo desconocido según el sacerdote


"Científicos en Estados Unidos crearon lo que aseguran que es la primera célula controlada por un genoma sintético. La Iglesia Católica está preocupada por la situación".

"Ésta es la primera célula sintética que ha sido creada", afirmó el profesor Craig Venter, quien dirigió la investigación. Agregó que se llama sintética “porque la célula se deriva totalmente de un cromosoma artificial, creado con cuatro botellas de compuestos químicos, un sintetizador químico y con información inicial de una computadora". “Esto puede ser una herramienta poderosa para tratar de diseñar lo que queremos en biología. Tenemos una amplia variedad de aplicaciones en mente", señaló el científico." (180.com.uy)

Carrera desenfrenada de la ciencia por deshacer lo hecho, esa parece ser la meta en la actualidad. Todo lo que no se pensó antes -Calentamiento Global, por ejemplo- llegó, y el objetivo es volver el tiempo atrás. Reparar, o intentarlo al menos, el daño realizado. La tecnología, en tanto que arma de doble filo, parece ser la herramienta elegida para hacer y deshacer.

Sin embargo, este no es el tema de hoy. Ante la noticia citada anteriormente, vale la pena ponerse a pensar en la postura adoptada por la Iglesia.

"...católicos italianos expresaron su perplejidad y su preocupación tras la creación de la primera célula viva dotada de un genoma sintético, y se pusieron en guardia contra "un salto a lo desconocido" potencialmente "devastador"."

En las palabras resaltadas en negrita parece estar la clave de todo accionar de la Iglesia desde la Antiguedad -donde la moral era Dios, es decir el sacerdote- hasta nuestros días donde, deteriorada por la corrupción y los escándalos, se encuentra oprimida por una era tecnócrata y liberada de los velos y ataduras del pasado.


¿Cual ha sido, entonces, una de las claves en el mecanismo eclesiástico? Para dominar a la manada, la clave es manipular su parte animal. Sin embargo, el hombre es algo más que un animal, el ser humano (algunos) es racional. Entonces, el opresor debe dominar la razón. Esto es lo que hace la Iglesia desde su mera existencia: pone, como diría Nietzsche, "el centro de gravedad de la vida, no en la vida misma, sino en el más allá". Mediante castigos ulteriores, el hombre, oprimido y temeroso de lo que eventualmente podría suceder, se ve obligado a la más degradada humildad ante "Dios". El hombre no es nada, y debe agradecer cada segundo de respiración a Dios -según ellos. ¿Donde está aquel Dios que todo perdona?

Con toda el agua que ha corrido, todavía en este 2010, existen aquellos fantasmas que funcionaban en la Epoca Antigua. Para la Iglesia cada paso que el hombre intente, cada intento por ser un individuo debe ser obturado inmediatamente. La censura al heterodóxo parece ser la nueva arma tardía del sacerdote. Es por esto que lo que puede ser un paso en la evolución, progreso científico, para algunos, para la Iglesia es "un salto a lo desconocido". Y habría que preguntarse ¿qué es lo desconocido para la Iglesia? Todo lo que se salga del estrecho sendero que el hombre, animal de corral, debe seguir sin mirar a los lados.

"El hombre viene de Dios pero no es Dios: es humano y tiene la posibilidad de dar la vida procreando y no construyéndola artificialmente".

Sin embargo ¿qué es natural hoy en día? ¿Que es no artificial hoy? Es una pregunta con una respuesta clara: nada, o casi nada. Desde el momento en que la vida se conserva por respiradores artificiales, aspirinas y demás, no se puede hablar de naturalidad, porque todo es artificialidad. Nada de lo que conocemos existiría si no fuese artificial. ¿Acaso son naturales los recientes casos de pedofilia entre sacerdotes?

Discursos, los de la Iglesia, que se demuestran, otra vez, a contrapelo de lo evolutivo, atrasados en el tiempo, atascados en lo pasado y sin miras de progresar.

"La pesadilla contra la que hay que luchar es la manipulación de la vida, la eugenesia".

Si la religión no es manipulación... ¿qué es? ¿cómo se mantiene, empero, contra el paso del tiempo? Por el arte de la opresión, el terror, la caza de brujas -e individualidad- y la manipulación más brutal.

¿No tiene suficientes asuntos graves la Iglesia para alarmarse por pruebas científicas?

sábado, 1 de mayo de 2010

Hablemos de números

Como es habitual últimamente bajo esta proliferación de encuestas, números y gráficos -muchos de ellos sin aparente sentido-, se realizó el Perfil del Internauta Uruguayo, elaborado por Radar.

Repasemos algunos fragmentos de la noticia (180.com):

"Un 85% de los niños accede a internet y un 47% de los hogares pobres tiene computadora"

"Mientras en 2001 sólo el 6% de los internautas provenían de hogares de nivel socioeconómico bajo, hoy representan el 25%. Además, el 45% de los usuarios vive en el interior y el 52% corresponde a mujeres. Esto lleva a que los autores del estudio digan que “internet se sigue democratizando”.

"En cuanto al impacto del Plan Ceibal, el estudio muestra que un 29% de los hogares de nivel socioeconómico bajo tiene una XO y en un 41% de los hogares es la única computadora. Además, la intención de compra de una computadora es un 50% mayor en los hogares con XO y en un 24% de esas familias".

¿Cuál es el objeto de estos números? Expuestos con evidente orgullo, estos números no hacen más que agudizar el quiebre social verdadero, están ahí para generar la falsa ilusión de una sociedad donde "todos somos iguales". Sin embargo sería interesante preguntarse: ¿qué es, realmente, lo que nos hace iguales? Según la encuesta, la igualdad no pasa por una apropiación cultural o intelectual, ni siquiera por la educación o por valor alguno, sino por el simple hecho de tener una computadora con acceso a Internet. De este modo, la igualdad se logra democratizando la comunicación, o ni siquiera eso: estimulando la proliferación de medios de comunicación, que no es lo mismo. Una cosa es tener algo para comunicar o aprender y buscar el medio de llevarlo a cabo, y otra muy diferente (que es lo que acá ocurre) tener un medio a disposición para después preocuparse de usarlo para comunicar algo o recibir algo, ¿qué? no importa, solo importa tener la mera posibilidad de hacerlo.

Para muchos es la simple posibilidad de decir algo o averiguar algo, aunque no exista necesidad, es el nuevo logro social de la década. Mientras “internet se sigue democratizando” el sentido real de la palabra democracia se cae a pedazos. Libres de culpa, nos creemos generosos o demócratas porque "47% de los hogares pobres tiene computadora" , olvidando que gran porcentaje de esa gente que tiene computadora con internet no tiene educación ni cultura en las venas, que todavía prefieren trabajar para ganar plata en lugar de ir a la escuela.

El Plan Ceibal y sus números y encuestas mágicos, lejos de romper los muros y velos que todos tenemos, lejos de acortar distancias en la brecha social y cultural, siguen generando la consciencia hipócrita de una sociedad unida por la tecnología. Nada más lejos de la realidad. Una sociedad no se une ni es igualitaria por aspirar todos a tener una computadora. Lo que eso genera es el deseo cada vez más irracional por poseer ese objeto preciado que nos "incluye" en la sociedad.

Nos quejamos de que la mitad de nuestra sociedad asesina por un par de zapatos nike o por un LCD, pero yo, honestamente, lo encuentro totalmente lógico y coherente con el conjunto. Debemos entenderlo: se promueve que lo verdaderamente importante es tener, y en esta carrera es evidente que nadie quiere terminar último. Pero lo terrible no es el imperativo de la comunicación y de la posesión de objetos que me permitan acceder a esa red, sino que se disfrace esa verdad.

¿De qué sirve una partitura si no se sabe tocar?

miércoles, 28 de abril de 2010

Destino 2010: Bloemfontein

No se me ocurre mucho para escribir, así que aprovechando el momento, busqué algunas fotos de Sudáfrica para subir. Tampoco se me ocurría demasiado sobre qué fotos elegir, así que entre las sedes de la Copa del Mundo, elegí empezar por Bloemfontein, por el simple hecho de que la recuerdo por Tolkien.
Sin la cámara de Julio Alonso, y sin viajar hasta Sudáfrica, vamos a compartir una breve reseña sobre la ciudad y sus principales atracciones.

Antes de seguir: quiero aclarar cuáles son mis equipos en la Copa el Mundo Sudáfrica 2010, para que no digan que no lo aclaré antes:

-Australia: sin lugar a dudas mi apoyo emocional desde la televisión estará con los australianos, como lo estuvo hace cuatro años.
-Holanda: en segundo lugar, sigo a una selección con serias aspiraciones al título.

Otra asunto interesante para el estudio psicológico son los españoles y sus delirios de grandeza. Nunca hicieron nada bien en el mundo del fútbol, eso lo sabe cualquiera, y sin embargo se comportan como si la historia no existiera. Un ejemplo deplorable es el de un tal David Ruiz, columnista español del portal uruguayo 180.com. Realmente es lamentable.


Destino de hoy: Bloemfontein

En africáans, "bloem" significa "flor", y "fontein" es algo así como fuente, por lo que la ciudad es conocida como la ciudad de las flores, la fuente de las flores. Es una de las tres capitales de Sudáfrica junto a Pretoria y Ciudad del Cabo, siendo Bloemfontein la capital judicial del país, y capital de la provincia Free State.


Bloemfontein fue oficialmente fundada en 1846, por el Mayor del ejército británico Henry Douglas Warden, como un puesto de avanzada británico en la región Transoranje, en aquella etapa ocupada por varios grupos como los Boers. Entre 1848 y 1854 la región se transforma en la Soberanía del Río Orange, y finalmente en la República del Estado Libre de Orange entre 1854 y 1902. Entre 1902 y 1910 fue la capital de la Colonia del Río Orange y desde entonces la capital provincial de Free State de Orange.

Entre los puntos de atracción de Bloemfontein, se encuentran el Museo Nacional, el Museo de la Guerra Boer, el Tribunal Supremo de Sudáfrica y el Tribunal de Apelación, cuya antigua sala de madera fue construida en 1929. También podemos apreciar lo que es el lugar de nacimiento del escritor J. R. R. Tolkien, quien dejó Bloemfontein con destino a Reino Unido a la edad de tres años.
En Bloemfontein se jugó fútbol por primera vez en 1891, cuando el territorio era una república bóer independiente, conocida como Oranje Vrij Staat. El estadio de la ciudad es el Free State Stadium, remodelado especialmente para la Copa del Mundo de este año.

jueves, 1 de abril de 2010

Cotugno y el "Tu quoque"

Para ejemplificar brevemente

Son las 3:15 am, Mr. Blanco y Mr. Negro, después de una jornada de trabajo, están bebiendo la décima botella seguida de Johnny Walker. Apenas pueden mantener sus ojos abiertos, están derretidos sobre sus sillas, no piensan dejar de beber.

-¿No te parece que te estas pasando un poco? -pregunta Mr. Negro a Blanco.

-¿A qué te referís exactamente? -interroga algo enojado Mr. Blanco.

-Tanto alcohol en la sangre te va a matar en poco tiempo -repone el otro.

-¿Y quién sos vos para hablar de excesos con el alcohol? ¿eh? Son más de las tres de la madrugada y no dejaste el vaso quieto -concluye finalmente Blanco.

El argumento ad hominem

Este fragmento (sabran disculparme), tiene la forma de una falacia "ad hominem" del tipo "tu quoque". En la falacia "ad hominem", el sujeto A realiza una afirmación sobre el sujeto B. El sujeto B, en lugar de refutar la afirmación de A con argumentos lógicos, busca descalificar al sujeto A.

Está claro; el "acusado" no se defiende de la afirmación sino del sujeto; no argumenta lógica y coherentemente, sino que ataca al rival. No va a buscar la pelota sino el rival (futbolísticamente hablando).

"Cotugno indicó que “si es horrible que un sacerdote abuse de niños, no es menos horrible que un papá abuse de su hijo” (180.com.uy)

¿Quién adivinó por donde viene la cosa? Excelente: este fragmento es un perfecto ejemplo de falacia "ad hominem". Tenemos básicamente, en el limitado esquema mental de Cotugno, dos bandos: los sacerdotes enfrentados al resto de los hombres. Lógicamente, Cotugno pertenece al primer equipo (sacerdotes), y es interrogado por los periodistas, pertenecientes al segundo equipo (resto de los hombres). Al ser interrogado sobre los sucesivos y degradantes casos (conocidos públicamente) de pedofilia, de sacerdotes sobre niños alrededor del mundo, Cotugno responde con una falacia, último refugio para basuras sin argumentos como él y toda la iglesia.

Palabras sin letras ni razon de ser

¿Qué puede justificar Cotugno al respecto? Desde su posición de sacerdote, Cotugno no puede justificar ningún caso de pedofilia eclesiástica. Cotugno lo sabe; sabe que no puede argumentar coherentemente a favor de los sacerdotes, sabe que no existe justificación alguna, pero, aún así, se niega a reconocer el problema. Siendo imposible negar la realidad sobre los casos de pedofilia en sacerdotes, Cotugno tiene dos posibilidades: o reconoce públicamente el grave problema, o bien toma el indecente camino de la incoherencia falaz. Cotugno se decide por el segundo: desde el momento en que sabe que le es imposible hacer lo que la iglesia siempre hizo, mentir y negar la realidad, se ve obligado a reconocer la realidad; que los casos de pedofilia en sacerdotes son cada vez más frecuentes, que existen casos que salen a la luz pero que existen (y existieron) muchos otros que no salieron ni saldrán nunca a la superficie. Reconociendo esta realidad, Cotugno también estaría reconociendo un problema que le toca muy de cerca, un problema de colegas, por así decirlo. Pero si algo tenía de dignidad este sujeto lo ha perdido. Lejos de reconocer públicamente el terrible asunto, la horrible realidad, lejos de decir: "esto es un grave problema que no es para nada nuevo, que es delicado y que deberíamos pensar solucionar", este tipo se despacha con un conjunto incoherente de palabras. Como no puede justificar la pedofilia, como le es imposible defender lo indefendible con argumentos, apela al "tu quoque" ("tu también"). Ese "no es menos horrible que un papá abuse de su hijo" de Cotugno elimina todo razonamiento lógico, y pasamos al mundo del sinsentido, de "el huevo o la gallina", de razonamientos circulares que lo único que enfatizan es la falta de argumentos y palabras.

Me da vergüenza y asco que se le sigan ofreciendo micrófonos a "personas" como esta para que hablen. Me asombra lo difícil que es para importantes sectores de la iglesia dejar la Edad Media.


"Yo escribo en un blog que nadie lee, pero hay otros blogs que tampoco lee nadie". (Yo, Joker)

lunes, 22 de marzo de 2010

La guerra es...?

¿La guerra es una droga? ¿O un negocio? ¿O las dos cosas? Si la guerra es una droga, entonces necesitamos de un adicto y un negocio, necesitamos algo así como un juego de camellos y dealers; soldados y estados. Esta simple frase que queda bien y por eso se dice ("la guerra es una droga"), que aparece destacada en la película "The Hurt Locker" -que "arrasó" en los Oscar-, es ambigua, inexacta y cae, en este caso, en una interesante paradoja que vamos a analizar.

Recapitulemos, pero antes: no voy a analizar la película ni voy demasiado al respecto; porque no soy el indicado, y porque a nadie le importa. Como tampoco vi la película, me voy a valer de un fragmento, muy breve, de critica que encontré por ahí y que no voy a linkear.

""Vivir al límite" se centra en un grupo de soldados estadounidenses que arriesgan su vida desarmando explosivos en Irak, tarea que los mantiene enajenados, como si el peligro terminara siendo una adicción. Una frase del periodista Chris Hedges, en una leyenda inicial, lo explicita: “La guerra es una droga”.
Hay momentos de mucho suspenso que exponen, en cierta manera, el clima de alarma permanente en las calles de Irak, con la cámara en movimiento transmitiendo inestabilidad y una luz espesa expresando incomodidad y calor."

Simple; tenemos una película que intenta trasladarnos a la escena, introducirnos en el ámbito donde las explosiones son habituales, donde algo puede estallar en cualquier instante, donde el peligro es latente. Una fórmula, de más está decirlo, hecha para captar la atención del espectador. Supongo también que el filme busca introducirnos, o al menos ponernos al tanto de lo que sucede en la mente de estos soldados, de estos héroes/adictos/mártires/suicidas. Porque a la vez, todos esos adjetivos parecen ser justos.

¿De qué hablamos?

Los soldados ¿son héroes? ¿adictos? Son soldados, parte de un engranaje y un negocio que es la guerra. Pero bien, recordemos una vez más lo que nos dice la película en su inicio:"La guerra es una droga". Entonces, esos soldados estadounidenses que "arriesgan su vida desarmando explosivos" no son héroes, sino adictos, enfermos que participan de esa "droga" que es la guerra (recordemos que el calificativo de "droga" no es mío, sino de los creadores de la película). Pero tengo ciertas dudas a la hora de afirmar que el peligro sea "una adicción", creo entender que los soldados que desactivan bombas en Irak lo hacen porque cobran una buena plata por hacerlo, no por honor. El militar, el soldado ya no es el caballero: el caballero es (era) una figura que lucha, si se quiere, por honor, el soldado, en cambio, mata por dinero e intereses que ni siquiera son suyos. Entonces ¿la guerra es una droga o un "negocio" que busca el beneficio propio? ¿los soldados son adictos o herramientas de esa máquina del sinsentido? Me inclino más por afirmar lo segundo en ambas interrogantes: los soldados, que la película intenta postular como mártires honorables, como héroes desactivadores de bombas en la máxima tensión, se parecen más a los engranajes de un reloj que a los dependientes de una droga.

Pero he aquí la cuestión: los creadores de la cinta parecen tener un cierto fin; mostrar el estado alterado de quienes tienen que ocupar la posición de soldado en Irak... ah, dato no menor, soldado norteamericano en Irak, menudo detalle. La guerra es, para ellos, una droga, y las "víctimas" presas de esa adicción son los soldados, condenados a una vida gris y al límite. Acá está lo extraño: supongo, aunque creo estar seguro, que la guerra es algo despreciable, o al menos es algo a lo que no se desea llegar(¿?). Entiendo que la guerra es una conflicto, un enfrentamiento violento que genera destrucción y drama(¿?). Ellos, Bigelow y compañía, la plantean como una droga; y tal vez, en cierto punto, pueden llegar a tener razón, ese ya no es nuestro asunto. Pero resulta que la película en si, que aparentemente intenta mostrar la parte mas cruda del escándalo bélico, termina sirviéndose de ese drama, de esa droga. Para Bigelow "la guerra es una droga", pero una droga que sirve para ganar un Oscar, una droga que sirve para hacer una película, una droga con la que se puede jugar, y se juega. Porque la película nos muestra el lado duro de la guerra, como toda película bélica, pero, y esto es lo terrible, no deja de ser una película: busca atraer al espectador, busca engancharlo, atraparlo con sus imágenes impactantes, con "la cámara en movimiento transmitiendo inestabilidad y una luz espesa expresando incomodidad y calor", y no vamos a crucificarla por eso, porque eso es su fin. El filme condena la guerra, dice que es una droga, pero a la vez utiliza esa droga; aprovecha esa droga para captar la atención de espectador, usa esa misma condena para su beneficio, y esto no está mal, porque el cine es, antes que una clase sobre ideología y justicia, un entretenimiento.

La paradoja: película-discurso

Sin embargo, ciegos o hipócritas(¿?), los realizadores de esta película no ven esto, creen estar haciendo una dura critica a la guerra como instrumento opresor, como droga, cuando usan estas mismas cualidades para atraer los ojos del espectador.

El siguiente video muestra la segunda vez que Kathryn Bigelow sube a recibir un Oscar en la noche. Atención con el minuto 3:00 en adelante.




Si no quedó claro se puede volver a ver en este otro video (buscar el de Mejor Dirección). Lo que Bigelow hace en dos ocasiones, al recibir el Oscar, es agradecer. Pero además de los agradecimientos de protocolo, dedica la película ("The Hurt Locker") a los "uniformados".


"...Quisiera dedicarle esto a los hombres y a las mujeres del servicio militar, que arriesgan sus vidas diariamente en Irak y Afganistán..."

La película busca ser una critica hacia la guerra y sus derivados, califica a la guerra de droga, pero su directora, al recibir el premio, dedica la película a los soldados, a los uniformados, a los "adictos", a quienes forman parte de esa "droga". No solo esto, sino que agrega que "pueden regresara casa cuando quieran", que "están ahí para apoyarnos a nosotros y nosotros apoyarlos a ellos". Entiendo lo siguiente; para Bigelow "la guerra es una droga", y por lo tanto la película es clara e insensata apología. La película versa sobre la droga y está dedicada a los adictos. Si bien intenta o cree ser una crítica a la guerra en tanto droga, termina siendo, a raíz de las palabras de su directora, apología de la droga; "la guerra es una droga" ¿dice que sea mala o buena? No, dice que es una droga, y la película está dedicada a los artífices de la droga.

Esto es lo que pasa cuando se confunde el límite entre justicia social, reclamos, crítica, con el entretenimiento. Si voy al cine, voy a disfrutar y a entretenerme, en algunos casos a pensar y a reflexionar, pero no a intentar recibir cierto discurso pro humanista o lo que sea. Algo así dijo Spielberg al respecto, "no voy (al cine) a recibir un rollo ideológico".

domingo, 14 de marzo de 2010

¿Por qué Lex?

Muchos se preguntaran por qué voy a declararme públicamente a favor de uno de los candidatos. Es muy simple; porque puedo, porque cualquiera puede decir lo que se le antoje en cualquier medio de comunicación. Solo hace falta mirar cada uno de los motivos con los que los candidatos a la intendencia buscan captar votos. Teniendo esto en cuenta, quiero llamar a todos los interesados, a todos aquellos que busquen un proyecto serio, un intendente legítimo, leal y libre. ¿Qué tienen en común estos tres atributos? La letra L. Es la letra que identifica a Lex Luthor, nuestro candidato. Pretendemos una ciudad con servicios mejor organizados, un lugar más limpio, donde sea la legalidad y no el "todo está permitido" lo que dirija a las personas.

Los verdaderos motivos... ¿y cuál es el problema?

Así pues, algunos, porque todos podemos decir cualquier cosa en cualquier momento, dirán que yo apoyo a Lex porque me regaló un "carguito de confianza", porque algún negocio tengo, porque hay intereses de por medio, y la verdad es que no están muy equivocados. Hay que decir las cosas de frente; esto es un intercambio, una entrada a Montevideo Comics 2010 a cambio de mi apoyo a su candidatura... ¿y cuál es el problema? Ah! Ahora todos se erizan, todos señalan, pero en realidad todos saben bien que esto es lo más común. ¿Que sería de ese juego llamado política, que sería de esos animales llamados políticos, si no fuese por el intercambio y el beneficio de mutuo acuerdo? Seamos literales y lícitos, seamos Lex Luthor.

Las claves de la campaña

Pero si de campañas electorales sabemos algo, es que nuestra lucha, nuestra carrera, se apoyará en dos pilares fundamentales: 1) en la destrucción y descalificación sistemática del oponente, hasta su eventual fracaso, y en segundo lugar, 2) en la captación y caza furtiva de ese producto preciado, eso que para Gollum es su tesoro y que para nosotros son los indecisos. Nuestra máxima es la siguiente: no hay mejor candidato, sino candidato más resistente. En esto no buscamos ni al mejor ni al menos peor, buscamos al sujeto que pueda conservar nuestro preciado grado de libertad, resistiendo de la mejor manera los golpes de su oponente. Y eso es Luthor. ¿Alguien cree, realmente, que un hombre puede cambiar las cosas? Definitivamente no, pero si puede incendiarlas y alterarlas, ordenarlas hacia un nuevo desorden.

La interna


Empecemos por casa. Luego de una interna, que como bien dice en su artículo Ron Troupe, fue más pareja de lo que muchos esperábamos, después de que (como es mi caso), nuestro principal candidato, hablo de Oswald Cobblepot, quedase a mitad de camino, muchos pueden haber caido en la gris confusión, en la sucia bolsa de los indecisos. Pero seamos claros; "El Pinguino", como lo conoce la población de a pie, siempre fue un luchador, nunca consiguió ninguna empresita heredada. Lejos de eso, la raíz de todos sus "pequeños trastornos de conducta" fue su horrible niñez; entre burlas y risas de sus congéneres ante su ridículo aspecto. Pero Oswald demostró que su intelecto supera en calidad al de la mayoría: cuenta con un gran dominio sobre las aves, puede transformar un paraguas en lo que sea y además de todo, por sobre todas las cosas, es un artista de los "negocios" (algunos lo llaman crimen organizado, pero ese es otro tema). Solo hace falta mirar al 2004 y recordar "Mientras vuela el cuervo"; su dominio sobre los demás y su habilidad para la negociación.

Teniendo esto en cuenta, sin Cobblepot en la pelea, debemos remitirnos a otro punto importante a este respecto: la reunión entre Oswald Cobblepot y Lex Luthor después de conocidos lo resultados de la interna. Aquello fue una muestra de unidad partidaria, de solidez; de intereses mas allá del partido, de interés nacional y ciudadano. Recordemos las palabras de Oswald al salir de la reunión: "La libertad no consiste en hacer lo que uno quiere, sino en hacer lo que uno debe. Lo bueno y lo mejor están por venir, solamente si Lex Luthor toma el mando". ¿Hace falta decir algo más?

De esta forma, aquellos que tras la "derrota" de Cobblepot en las internas tenían dudas, desde acá los llamamos a la unidad, a votar a otro mago de las negociaciones como lo es Lex, a un tipo que no soporta que otros tomen el poder por donde no se lo toma, que no soporta que ningún extraño se crea el héroe de la ciudad bajando desde el cielo. La tranquilidad, el orden, la negociación y, por sobre todo, la garantía de un manejo limpio y con responsabilidad, son los atributos que un votante encontrará en Lex Luthor.

Los otros

¿Qué tenemos del otro lado? División, intereses cruzados, ambiguos e individualismos. Entre Osborn y el doctor Doom no existe semejanza ni acuerdo alguno. Ambos son hombres cuya principal característica es la inestabilidad, la falta de coherencia para dirigir grandes proyectos. Era claro que en las internas, entre un "dudoso empresario" y un tipo que vive en un castillo alejado del mundo, la cosa estaba difícil. Por suerte la gente que tuvo la desgracia de votarlos no eligió a un candidato que vive con una máscara de metal. ¿Qué podemos esperar de un hombre que no se anima a mostrar su cara? No tengo, lo digo con dolor, otra alternativa que pensar en cosas horribles. Una cosa es pintarse la cara, pero ¿por qué esconder las cicatrices que el tiempo dejó? El pingüino sufrió por su aspecto; pero nunca se avergonzó de él, ni se escondió tras su ropa. Pero parece que para Doom no fue así. Repito que lo que a uno no lo mata lo hace diferente, y ese es el sentido de seguir vivo.

Realmente, con respecto al fraudulento pseudo-acuerdo partidario entre Osborn y Doom no tengo mucho más para agregar: la evidencia lo dice todo, la falta de ideas, el ida y vuelta improvisado y ese falso acuerdo ente ambos lo dice todo. Al respecto de Norman Osborn tampoco hay que agregar demasiado: es un tipo que no tiene escrúpulos a la hora de conseguir lo que quiere, un tipo peligroso hasta con un vaso de agua en la mano. Osborn; un personaje que ante las adversidades de la vida, a diferencia de Oswald o Luthor (luchadores natos), prefirió, siempre, la mentira y la traición: se unió a un grupo clandestino de industrialistas que creaban super villanos para que ocuparan la atención del número creciente de héroes disfrazados y los distrajeran de las transacciones ilícitas del grupo, tuvo un hijo, Harry, al cuál llegó a detestar, y tuvo dos descendientes más: Gabe y a Sarah, a quienes hacía creer que Peter Parker era su padre y asesino de Gwen (la madre de ellos). En resumidas cuentas: un peligro, pero un peligro, señores, que no vale la pena correr, porque no está a la altura. Siempre decimos; si esta ciudad necesita algo es clase; criminal-politica, y eso es precisamente lo que Luthor puede dar.


Por eso, antes que nada, entrá y votá por el proyecto L.L

Yo, Joker 23.

PD: Por el respeto que se merece la muy buena calidad de los dibujos de Calero, me privé de dibujarle una sonrisa roja al afiche de Norman Osborn. Lo salvó el dibujo.

PD2: Esto también parece ser una lucha DC vs Marvel.

jueves, 11 de marzo de 2010

Números y drogas

Muchas veces, cuando se discute o se habla sobre el tema de la delincuencia, la violencia y la inseguridad, ciertas voces (que no son pocas, son la gran mayoría), sacan a relucir su gran e infalible argumento: "el problema es la pasta base". Siempre existió inseguridad, pero "ahora está todo peor, porque antes no había pasta base".

Pero ese argumento es inconsistente por donde se lo mire, equivoco, mentiroso y manipulador. La pasta base es solo otro escalón más debajo de otras drogas, es otro subsuelo al que se ha llegado. Pero la pasta base no es una causa, sino una consecuencia. Se acusa a un desperdicio y conglomerado de sustancias (la pasta base) de ser la causa mayor del aumento de la violencia y el crimen, y se olvida que desde hace muchisimos años, la delincuencia y sus derivados son causas en si mismas, que a su vez son generadas por otros problemas sociales, si así se quiere. Por lo tanto, equivocamos el análisis: existe un quiebre social natural: elite social/excluidos. Tenemos así el binomio que sigue a la sociedad desde sus inicios: hay un centro letrado, instruido, una elite social opuesta a ese otro periférico, excluido e ignorante que tiene acceso restringido. Pero la actual cultura PSEUDO INTEGRADORA, busca derribar esas barreras históricas de la exclusión a fuerza del martillazo de la tecnología: COMPUTADORAS PARA TODOS, COMUNICACION PARA TODOS, TODOS ESTAMOS COMUNICADOS, NADIE ESTÁ POR FUERA, TODOS SOMOS IGUALES, NO HAY DIFERENCIA ALGUNA, TODOS PODEMOS, TODOS DEBEMOS. Para la sociedad devorarodra de la individualidad, TODOS los individuos deben ser UN SOLO INDIVIDUO, se pierde la alteridad, se elimina al otro, se acaba con el sujeto como unidad. Pero esta inclusión hipócrita genera una reacción: por un lado se derriban los muros que separan, pero el fantasma de esos muros sigue ahí, delimitando igualmente lo que debe ser delimitado. En la actualidad, el hipócrita promedio de turno se enorgullece en romper las barreras (todos tenemos computadoras, todos nos comunicamos), pero se olvida que esas barreras fueron creadas por un sistema social que tiene un núcleo de exclusión.

De esta forma, el deber ser, el motivo último de la existencia de muchos individuos está en tener la mayor cantidad de bienes, en poseer lo mismo que los otros tienen. El sistema se encarga de decirlo: "todos somos iguales, todos podemos tener las mismas cosas", así, el individuo que no tiene "las mismas cosas" que los demás, el que no tiene un par de zapatos, un celular o no puede comer una hamburguesa, no es "igual", no se siente igual a todos, y va a hacer cualquier cosa por convertirse en un "igual". Es el aparato social el que miente, el que intenta unificar a todos, y esto es lo que desencadena la frustración y la violencia.

Entonces la pasta base no es lo que causa la frustración de no poder tener lo que "hay que tener para ser feliz", la pasta base es la consecuencia de no tener. No porque haya que tener, sino porque alguien dice que todos debemos tener lo mismo. Alguien no sale a matar solamente porque consumió una dosis de algo.

Pero mientras todas las miradas se dirigen hacia la droga de moda, la pasta base, nos olvidamos que existen otras cosas:

"El alcohol es la droga de mayor consumo en todos los países. Casi siete de cada diez estudiantes ha consumido alguna vez en la vida y Uruguay tiene el mayor promedio, llegando al 80%.

Con respecto al tabaco, uno de cada cinco estudiantes lo ha consumido en el último mes. En Uruguay, un 47,9% asegura haber fumado al menos una vez".

"Uruguay es el país donde hay un mayor consumo de cocaína, alcanzando el 3,5% en el último año, cuando la media de los países estudiados se ubica en 2,2%. Bolivia, Ecuador y Perú son los que tienen los índices más bajos." (180.com)

¿Son los marginales solamente los que consumen alcohol? Salgan a la calle un viernes por la noche, y se encontraran cientos de ejemplares desagradables de estudiantes adinerados de Pocitos con sus botellas de cerveza en la mano y con sus cigarros (y sus cabezas llenas de relleno para almohadón).

Surge un dato que sorprende: "Uruguay es el país donde hay un mayor consumo de cocaína, alcanzando el 3,5%" . ¿Pero cómo? ¿no era que la pasta base....? No. El problema es que existen drogas para la elite y drogas para los marginales... así todos pueden tener su dosis. El narcomercado se adapta camaleónicamente a la situación social: al aumento de la pobreza sigue el implemento de una droga a la cuál puedan acceder las clases excluidas. Por su parte, la cocaína, pertenece a las clases acomodada y media. Pero claro, como no hay robos, ni delincuencia... como "no pasa nada", entonces no importa, pista libre para la cocaína. Es exactamente lo que se hizo todo el verano desde los medios de comunicación: APLAUDIR a los jóvenes vacíos que viajan hasta La Pedrera o La Paloma para emborracharse y quedarse tirados en el pasto. ¿Alguien se espantó por eso? Nadie, porque "están divirtiéndose, están jugando, son jóvenes". Que triste, pero esos jóvenes ya pueden meter un sobre y elegir presidente o intendente. Es verdaderamente lamentable el doble discurso, pero es real. Desde Subrayado, Telemundo y Telenoche se mostraron, junto con las imágenes del carnaval de Río y las murgas, en tono de juego, a los imbéciles que gastaron un pasaje hasta Rocha para tomar cerveza. ¿Cuál es la diferencia entre eso y la pasta base? No encuentro diferencia, no miro las consecuencias, miro el hecho en si que es, igualmente, lamentable... con el agregado de que en uno de los casos, se aplaude a ese montón de estúpidos. El verano que viene, por favor, que ocurra un terremoto en Rocha.

Mientras se siga luchando contra la delincuencia empezando por las consecuencias, la cosa va a seguir peor. No se trata de una sustancia o diez sustancias, se trata del dispositivo que hace a la proliferación de esa sustancia en las capas sociales. Ya no se trata de la cocaína o la pasta base, se trata de entender (yo no estoy para eso) por qué y cómo se llega a este estado de las cosas. Para acabar con el árbol hay que cortarle las raíces, no las ramas.

Seguro que quedó todo claro.... no pienso escribirlo otra vez, porque no se bien que es lo que quería decir. Algo hay que hacer.