jueves, 11 de marzo de 2010

Números y drogas

Muchas veces, cuando se discute o se habla sobre el tema de la delincuencia, la violencia y la inseguridad, ciertas voces (que no son pocas, son la gran mayoría), sacan a relucir su gran e infalible argumento: "el problema es la pasta base". Siempre existió inseguridad, pero "ahora está todo peor, porque antes no había pasta base".

Pero ese argumento es inconsistente por donde se lo mire, equivoco, mentiroso y manipulador. La pasta base es solo otro escalón más debajo de otras drogas, es otro subsuelo al que se ha llegado. Pero la pasta base no es una causa, sino una consecuencia. Se acusa a un desperdicio y conglomerado de sustancias (la pasta base) de ser la causa mayor del aumento de la violencia y el crimen, y se olvida que desde hace muchisimos años, la delincuencia y sus derivados son causas en si mismas, que a su vez son generadas por otros problemas sociales, si así se quiere. Por lo tanto, equivocamos el análisis: existe un quiebre social natural: elite social/excluidos. Tenemos así el binomio que sigue a la sociedad desde sus inicios: hay un centro letrado, instruido, una elite social opuesta a ese otro periférico, excluido e ignorante que tiene acceso restringido. Pero la actual cultura PSEUDO INTEGRADORA, busca derribar esas barreras históricas de la exclusión a fuerza del martillazo de la tecnología: COMPUTADORAS PARA TODOS, COMUNICACION PARA TODOS, TODOS ESTAMOS COMUNICADOS, NADIE ESTÁ POR FUERA, TODOS SOMOS IGUALES, NO HAY DIFERENCIA ALGUNA, TODOS PODEMOS, TODOS DEBEMOS. Para la sociedad devorarodra de la individualidad, TODOS los individuos deben ser UN SOLO INDIVIDUO, se pierde la alteridad, se elimina al otro, se acaba con el sujeto como unidad. Pero esta inclusión hipócrita genera una reacción: por un lado se derriban los muros que separan, pero el fantasma de esos muros sigue ahí, delimitando igualmente lo que debe ser delimitado. En la actualidad, el hipócrita promedio de turno se enorgullece en romper las barreras (todos tenemos computadoras, todos nos comunicamos), pero se olvida que esas barreras fueron creadas por un sistema social que tiene un núcleo de exclusión.

De esta forma, el deber ser, el motivo último de la existencia de muchos individuos está en tener la mayor cantidad de bienes, en poseer lo mismo que los otros tienen. El sistema se encarga de decirlo: "todos somos iguales, todos podemos tener las mismas cosas", así, el individuo que no tiene "las mismas cosas" que los demás, el que no tiene un par de zapatos, un celular o no puede comer una hamburguesa, no es "igual", no se siente igual a todos, y va a hacer cualquier cosa por convertirse en un "igual". Es el aparato social el que miente, el que intenta unificar a todos, y esto es lo que desencadena la frustración y la violencia.

Entonces la pasta base no es lo que causa la frustración de no poder tener lo que "hay que tener para ser feliz", la pasta base es la consecuencia de no tener. No porque haya que tener, sino porque alguien dice que todos debemos tener lo mismo. Alguien no sale a matar solamente porque consumió una dosis de algo.

Pero mientras todas las miradas se dirigen hacia la droga de moda, la pasta base, nos olvidamos que existen otras cosas:

"El alcohol es la droga de mayor consumo en todos los países. Casi siete de cada diez estudiantes ha consumido alguna vez en la vida y Uruguay tiene el mayor promedio, llegando al 80%.

Con respecto al tabaco, uno de cada cinco estudiantes lo ha consumido en el último mes. En Uruguay, un 47,9% asegura haber fumado al menos una vez".

"Uruguay es el país donde hay un mayor consumo de cocaína, alcanzando el 3,5% en el último año, cuando la media de los países estudiados se ubica en 2,2%. Bolivia, Ecuador y Perú son los que tienen los índices más bajos." (180.com)

¿Son los marginales solamente los que consumen alcohol? Salgan a la calle un viernes por la noche, y se encontraran cientos de ejemplares desagradables de estudiantes adinerados de Pocitos con sus botellas de cerveza en la mano y con sus cigarros (y sus cabezas llenas de relleno para almohadón).

Surge un dato que sorprende: "Uruguay es el país donde hay un mayor consumo de cocaína, alcanzando el 3,5%" . ¿Pero cómo? ¿no era que la pasta base....? No. El problema es que existen drogas para la elite y drogas para los marginales... así todos pueden tener su dosis. El narcomercado se adapta camaleónicamente a la situación social: al aumento de la pobreza sigue el implemento de una droga a la cuál puedan acceder las clases excluidas. Por su parte, la cocaína, pertenece a las clases acomodada y media. Pero claro, como no hay robos, ni delincuencia... como "no pasa nada", entonces no importa, pista libre para la cocaína. Es exactamente lo que se hizo todo el verano desde los medios de comunicación: APLAUDIR a los jóvenes vacíos que viajan hasta La Pedrera o La Paloma para emborracharse y quedarse tirados en el pasto. ¿Alguien se espantó por eso? Nadie, porque "están divirtiéndose, están jugando, son jóvenes". Que triste, pero esos jóvenes ya pueden meter un sobre y elegir presidente o intendente. Es verdaderamente lamentable el doble discurso, pero es real. Desde Subrayado, Telemundo y Telenoche se mostraron, junto con las imágenes del carnaval de Río y las murgas, en tono de juego, a los imbéciles que gastaron un pasaje hasta Rocha para tomar cerveza. ¿Cuál es la diferencia entre eso y la pasta base? No encuentro diferencia, no miro las consecuencias, miro el hecho en si que es, igualmente, lamentable... con el agregado de que en uno de los casos, se aplaude a ese montón de estúpidos. El verano que viene, por favor, que ocurra un terremoto en Rocha.

Mientras se siga luchando contra la delincuencia empezando por las consecuencias, la cosa va a seguir peor. No se trata de una sustancia o diez sustancias, se trata del dispositivo que hace a la proliferación de esa sustancia en las capas sociales. Ya no se trata de la cocaína o la pasta base, se trata de entender (yo no estoy para eso) por qué y cómo se llega a este estado de las cosas. Para acabar con el árbol hay que cortarle las raíces, no las ramas.

Seguro que quedó todo claro.... no pienso escribirlo otra vez, porque no se bien que es lo que quería decir. Algo hay que hacer.

2 comentarios:

Peter Parker dijo...

Vivimos en una sociedad hipócrita y frustrada, eso ya lo hemos repetido en este blog hasta el hartazgo.

En la Edad Media o vivías en el castillo o en el pueblo dentro de las murallas o afuera. Pero luego las sociedades evolucionaron hasta la posmodernidad y la cosa cambió.

Ahora todos tenemos que ser iguales. ¿Por qué? ¿Para quedar bien con quién? ¿La igualdad se consigue con elementos tangibles tales como celulares, computadoras o calzado deportivo de marcas foráneas?

Si a un chimpancé le doy un celular de última generación y una notebook, ¿lo puedo integrar a nuestra sociedad?. Aparentemente con eso bastaría. Ni siquiera tengo que educarlo ni enseñarle los conceptos básicos de la vida en sociedad. Con un celular y una compu lo arreglo.

Pero el chimpancé no se siente frustrado por no ser un Humano, a diferencia de algunos sectores de nuestra sociedad que se sienten frustrados por NO SER, ¿cómo quiénes?... ¿como esos modelos inventados a seguir?. ¿Quién inventa esos modelos? ¿La tele?.

Me da la sensación de que los ideólogos de toda esta farsa de los modelos a seguir y los cucos como la pasta base, continúan observándonos desde las torrecillas del castillo con una copa de vino en la mano.

Joker 23 dijo...

Absolutamente, resumido; es, palabras más palabras menos, lo que quería decir.