Las publicidades de FUCAC, desde hace algún tiempo, me causaron cierta impresión: ¿qué es eso del verde? ¿Por qué tanta insistencia empecinada y traída de los pelos con el color verde, los bailes ridículos, los cantos, etc…? Desde la primera vez que vi uno de los spots publicitarios de FUCAC y su misteriosa campaña con el verde, me asaltaron muchas dudas. Primer que nada, por el repentino e inexplicado protagonismo del color verde en sus avisos. Y es importante recalcarlo: la empresa nunca se ocupó de explicar qué significa el verde, por qué lo eligieron y que buscan con ese color como bandera de la empresa. El verde apareció sin más, de un día para el otro, y ahí se quedó. Pero lo primero es preguntarse si hay alguna razón especial para ello. Y evidentemente tenderíamos a decir que si; que seguramente los de FUCAC le pagaron a un grupo de tipos que se hacen llamar creativos (lo más cómico es que se forman y se licencian de creativos), para que le diesen un toque especial a la empresa. Ese toque resultó ser el verde.
En el spot el verde aparece en todas sus formas: en las letras, en las cifras de préstamo, en las prendas y todas la indumentaria de los actores… hasta se pinta la cámara y se le da un baldazo de pintura verde al televidente. Pasate al verde. ¿Qué es el verde? ¿Qué implica pasarse al verde? ¿Por qué? Todo eso no existe.
Rápidamente vemos otra cosa: entre tanta verdosidad, aparecen niños, niñas, gordos de doscientos kilos, jóvenes, adultos, viejos. Todos bajo el encanto del verde; todos, en cierta forma, bajo los efectos del verde. Todos bailan, se ríen, hacen idioteces, cantan… Todo por gracia divina de haberse pasado al verde.
Y luego de indagar brevemente en esto la respuesta es simple: ¿cuál es el imperativo social actual? ¿Qué es lo más valioso que podemos tener hoy? Juventud. Cremas, cosméticos, líneas de expresión, antiarrugas, tengo cuarenta pero no los aparento, no te arrugues, cuidate del sol pero bronceate, qué pelazo!, conservá tu figura, cuidá tu silueta, mantenete en forma, sacate años con la crema X. Esas son las expresiones que pueblan la publicidad hoy en día: el proceso natural de envejecimiento, el proceso natural que siguen todos los organismos de la tierra resulta peligroso, hoy parece necesario pervertir las reglas naturales en pos del congelamiento. El hombre actual es alérgico al paso del tiempo. No hay peor mal que la vejez. Viejos son los trapos; esa frase intenta servir de consuelo a una masa humana condenada al deterioro, al envejecimiento inminente que espera a su víctima.
La vejez ya no parece un bien, un proceso natural esperable y que sirve para acumular experiencia ni sabiduría: hoy es el terror que acecha a las personas, más terror que la muerte misma es ser un viejo. En el mundo en el que constantemente se amenaza con el no hay mañana, el fin del mundo, el día en que la tierra se detiene o el 2012, lo que queda es vivir aquí y ahora. Aprovechemos el momento, pues no sabemos que depara el futuro, si es que lo hay. Por eso no pensemos en el futuro, olvidémoslo: maquillémoslo, retrasémoslo… Postergación continua y estéril por evitar un mal que es inevitable. Eso parece.
En este marco, la publicidad de FUCAC no parece más que un producto típico de nuestro tiempo. Un esperanzador y patético sketch. Pasarse al verde significa olvidar las preocupaciones que antes aquejaban al hombre común (mi futuro, el ahorro, el trabajo, la dignidad). La cultura y el valor del ahorro, tiempo atrás considerado algo honorable y obligatorio, hoy ha desaparecido: ¿para qué ahorrar si nos vamos a morir? La aparición y proliferación de empresas de crédito marca el fin de la cultura del ahorro y la racionalización de los gastos.
El spot muestra a todos bajo el dulce y alegre reino del verde, del presente y el crédito: un toque de verde y las preocupaciones se van, un toque de verde y los viejos bailan, sonríen, disfrutan de la vida. Y esto no es menor: no es casual que los viejos (la gente de la tercera edad) sean protagonistas estelares de los avisos de FUCAC y el verde: el verde es el color de lo que todavía no está maduro, de lo que aún es fértil, lo que está creciendo, lo joven, lo que fluye. Eso, que es todo lo contrario a la vejez, con la magia de FUCAC convierte a los viejos en viejos verdes; es decir, viejos jóvenes que olvidan el paso del tiempo y las arrugas y bailan y ríen y piden préstamos y no se preocupan por nada.
Krautrock en Pez en el Hielo
Hace 22 horas
3 comentarios:
Como bien lo decís en el ccomentario de abajo, no sos especialista en nada, solamente un opinólogo barato y soberbio como tantos otros
Gracias por pasar y por tomarte en serio mi blog.
Me gustó la entrada. Yo agregaría que el "verde" es claramente una referencia al dinero. Recordá que si bien no todo el dinero es billete, ni verde, es el color que tradicionalmente se le atribuye a los billetes.
Yo creo que hay una referencia al dinero con lo de "fanático del verde".
Me da mucho asco que alguien trate a otra persona de "opinólogo". Sapere aude, atrévete a pensar y a decir.
Muchas gracias por tus opiniones. Creo que habría que regular de alguna manera a la publicidad para que no puedan ejecutar las aberraciones que libremente ejecutan en televisión abierta.
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