domingo, 10 de abril de 2011

Cine de sábado por la noche

Y dos conclusiones: la primera es que Grupocine tiene, por lejos, los PEORES cines de Uruguay. La segunda es que vi Sucker Punch y me gustó.

Grupocine: una experiencia lamentable
Hace tiempo que lo vengo pensando, y experiencia tras experiencia y asiento vencido tras asiento vencido y pésimo servicio tras pésimo servicio, lo comprobé este sábado: Grupocine da asco y vergüenza ajena. Mi evidencia empírica arroja también la conclusión de que no se trata de una o dos salas en especial, es un problema de Grupocine en general. Deberían sentir un poco de lástima por esa dignidad que olvidaron hace ya mucho tiempo tirada en el barro, o mejor dicho, entre el pop y el dulce pegajoso del piso de sus deleznables salas.

Las siguientes puntualizaciones respecto a:

1) La hora de comienzo
Creo que los relojes y la concepción del tiempo es una convención como tantas y que es una ilusión compartida por todos los seres humanos con el único fin de mantener el orden, por más que en el fondo se sepa que ese orden es arbitrario y no existe más allá de nuestra mente. Eso no impide que la adopte como la mejor para ordenar mi propia vida. Pero según parece, la gente(cilla) de Grupocine opera según su propio conjunto de reglas temporales. Cuando en su cartelera se anuncia una película a una hora determinada, los humanos normales debemos sumarle veinte minutos más. Ejemplo: Sucker Punch figura en la cartelera a las 22:40. En realidad quiere decir que empezará 23:00.

Todo con el único y patético fin de vender dos entradas más que no van a cambiar el destino de la empresa a gente que llega tarde a ver una película de la que apenas conoce su título traducido al español muchas veces bajo traducciones solamente entendidas por los españoles, que usan, en este caso, sus propias licencias interpretativas (bastante extrañas por cierto. El ejemplo por antonomasia: Pickup on South Street, de Samuel Fuller, traducida como El rata).

2) La comodidad de los asientos
Otro concepto subvertido en la concepción grupociniana es el de la comodidad. Según Grupocine, la comodidad de un asiento va en aumento directamente proporcional al deterioro de los soportes del mismo. Ejemplo: el respaldo carcomido por una especie nunca vista o invisible de roedor o similar; el asiento vencido e inclinado hacia abajo, formando un ángulo bastante mayor a los 90º recomendados para los seres humanos normales. En un asiento así, con la única promesa segura de terminar con un fuerte dolor en la parte baja de la espalda, pocas películas parecen agradables. Luego de pensarlo un buen tiempo, puedo decir que creo esto una prueba de calidad: aquellas películas que reciban la aprobación del público sometido a tal tortura, son realmente buenas piezas cinematográficas. Sucker Punch pudo, apenas pero pudo, contra esta regla de oro de Grupocine.

3) El misterio del piso
El sujeto que tenga que caminar entre las filas de asientos deberá sentir cómo las suelas de sus zapatos quedan adheridas contra el piso. Se percibe la presencia de una extraña sustancia pegajosa que persigue a quien camine en la sala. Sospecho que se trata de pop dulce añejo mezclado con bebidas gaseosas y la poca voluntad de limpieza de empleados que no existen o que están mal pagos o son los mismos encargados de vender el pop, cortar las entradas, vender las entradas y proyectar la película. No descarto la posibilidad de que el piso sea una enorme glándula que segrega esta sustancia con la finalidad de incomodar a la gente para que no se levanten en medio de la película. Esto es un punto que comparto con la ideología grupociniana.

PD: Ya que están podrían inventar algo para que los idiotas de siempre se callen la boca y no relaten todo lo que se ve en la pantalla, incluidos las sinópsis, las inscripciones en inglés para demostrar que saben un poco de inglés, o cualquier otra cosa. Más pegamento en el pop no estaría mal, es una opción, una propuesta. Pueden usarla.



Lo que hay en la pantalla
Sobre Sucker Punch, párrafo aparte, tengo algunas palabras positivas. Era imposible que me gustara más que Watchmen, pero disfruté mucho de esa estética oscura, salida de un cómic –o manga en este caso-. Snyder crea su propio universo estético-temático, que va más allá de sus películas.

Acá hay tres niveles o realidades dentro de la historia, a saber: la de una adolescente que por accidente termina en una institución mental, llevada por su padrastro. Una vez en el manicomio, se despliega la segunda realidad: todo transmuta y se convierte en un burdel de lujo. Dentro de este burdel de lujo, producto de la realidad creada por la joven dentro del manicomio, se planea una escapatoria para la cual la joven y sus compañeras-internas-prostitutas deben reunir cinco elementos. Ahí se despliega la tercera realidad, sin tiempo ni espacio, que vuela desde la China medieval hasta la Segunda Guerra Mundial, hasta la Tierra Media y el mundo futurista. Otro clásico juego de cajas chinas en el que, al igual que en El Origen de Nolan, lo real se modifica por fuerza de lo imaginado. El poder de la mente para trasladarnos desde cualquier presente real a otro mundo imaginario. Referencias claras a Alicia, a Matadero Cinco de Vonnegut, entre otras.

8 comentarios:

@sirbuntalot dijo...

Ayer escribí comentario y no se publicó.
En fin, Grupocine es lo peor de las salas de Montevideo (creo que solo le gana el cine de La Paloma).
Lo de la inclinación de los asientos es indignante. Además, encima que hay poca distancia entre asiento y asiento, al inclinarse uno queda aguantando la gravedad con las rodillas sobre la nuca del que tiene en frente.
Lo de la puntualidad no me sorprende, estamos en Uruguay.
La suciedad del piso creo que es consecuencia del primer problema: no hay espacio ni para pasar un trapo de piso!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joker 23 dijo...

Me faltó la parte de la distancia de los asientos. Como sabés, en mi caso particular, y creo que en el de cualquiera que sobrepase el metro 30 de altura, es un problema. No podría graficar mejor el tema de las rodillas contra la nuca del que está adelante.

Martín Bentancor dijo...

La referencia a la nuca me hace pensar en una ejecución y quizás sea eso lo que aliente a los ideólogos de Grupocine. Agrego dos ataques más al público: la puerta de acceso entreabierta luego de comenzada la proyección (por la que, además de una luz anticlimática se filtran las voces y los ringtones de los celulares de los empleados) y el costo de las entradas (algo que,en honor a la verdad, excede al Grupocine y es problema del cine en Uruguay todo).
Un saludo y muy bueno el blog,
Martín Bentancor

Diego Faraone dijo...

Muy buen post! me divertí mucho leyéndolo. Para mí lo más grave son los benditos veinte minutos. Igual estoy seguro de que el día que lo considerás y llegás veinte minutos después, agarrás empezada la peli. Es un mecanismo perverso, cuyo objetivo es dañarte moral y psicológicamente.

Un tema aparte que me enerva y daña mi paciencia es el himno nacional en los cines. Pero ese es tema para otro post. Supongo que algún día me desquitaré.

Abrazoo

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joker 23 dijo...

No se si el otro día fue peor el himno nacional en la sala o "La casa de Sandro", pero bueno... eso sería también otro tema para otro post en otro momento y en otro lugar.

Detaquito dijo...

Ah, pero entonces la descargo y la veo en la noubuk.

Grupocine era mi ultima esperanza de que me agarde el cine...
Los Moviecenter o los Hoyte son detestables... bueno, en realidad la gente suele ser detestable, comenzando por mi, claro esta.-